Chispas y sombras de un año de la FPV
Iba a generar un beneficio de 500.000 euros y está en números rojos - La aportación comprometida de fondos públicos suma al menos 400.000 euros
- ¿Qué es la Fundación Puerto de Vigo (FPV)? Se constituyó el 16 de abril de 2010 para "promover, desarrollar, impulsar y acercar al ciudadano la faceta más social del puerto, de sus empresas y de su entorno, con el fin de contribuir, desde una vocación de servicio, al desarrollo social de Vigo, Galicia y España". El PSdeG la tachó de "tapadera electoral" de Corina Porro, su presidenta, en su carrera a la alcaldía de Vigo.
- ¿Cómo se iba a financiar? Iba a ser autosuficiente, incluso a generar un beneficio de casi 500.000 euros. El Patronato aportó 220.000, que pusieron la Autoridad Portuaria (60.000), Caixa Galicia y Caixanova antes de la fusión (75.000), Citroën (25.000), Termavi (estiba portuaria, 25.000), Remolcanosa (de la misma sociedad que el Hospital Povisa, 25.000) y Pescanova (10.000). Se ignora el resultado de una campaña de captación de socios que preveía recaudar 474.000 euros.
- ¿Cuánto dinero inyectó en ella la Xunta? Al menos tiene comprometidos 340.000 euros, aunque la Autoridad Portuaria señaló además la firma de un convenio con la Consellería de Economía por importe de 450.000. Economía reconoce un solo convenio de 225.000 euros,cuya firma silenciaron las partes en su momento (30 de diciembre de 2010) y del que dice haber abonado hasta ahora solo 15.091 euros. En una actitud informativa reticente, también calló la existencia de la subvención a la que se refiere la información de esta página, de 64.192 euros, hasta que EL PAÍS preguntó por ella.
- ¿Qué actividad pública desarrolló la FPC? Dice que 43 actividades que se niega a concretar, entre ellas, el concierto de Raphael que sirvió para su presentación; el patrocinio de un programa de El gato al agua para escuchar, por un dineral, que ella merecía llevárselo, o los homenajes a una monja jesuitina por su canonización. También se fotografió a partir un piñón con Ventura Pérez Mariño, el alcalde socialista al que echó del sillón en 2003 y con quien se reencontró en Navidad para empujar una ayuda a Camerún.
- ¿Qué otras actividades realizó? Alguna exposición, como la de Piratas, los ladrones del mar; el ciclo El deseo y el poder en la ópera, un curso sobre Derecho Marítimo o, como recoge la información de arriba, la mediación en la captación de ayudas públicas para una decena de empresas portuarias.
- ¿Cuál es la situación económica de la FPV un año después? El tesorero, Javier Touza, admite que está en números rojos, aunque confía en su continuidad gracias a nuevas aportaciones de los patronos y socios y a "los convenios que se van a firmar con la Diputación y [¿otro?] con el Igape". El primer director-gerente, que montó la FPV y fue despedido a los 12 días de ponerla en marcha, reclama a la FPV 570.000 euros que libremente le ofrecieron por un despido improcedente, y al segundo, despedido antes de las elecciones del 22-M, le adeuda 75.000 euros de los 100.000 pactados por su despido.
- ¿Qué relación tiene con la Xunta? Aparte de las subvenciones comprometidas, la Consellería de Presidencia la declaró "fundación de interés gallego" y ejerce el protectorado, el control para que sus actividades se ajusten a los estatutos y presupuestos. Desde el 29 de junio conoce la Memoria que permite esas comprobaciones pero aún no ha sido evaluada.
- ¿Qué papel juegan los patronos? Novacaixagalicia, el principal, delegó sus poderes en la presidenta, Corina Porro. Citroën, que ostenta la vicepresidencia, precisa que participa en la FPV "como en otras, por su compromiso social con el entorno", esto es, sin mayor querencia ni dedicación. El resto mantiene silencio y sintonía con el PP.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.