El desafío mental del Niño
Sergio García, una mina de talento, tiene el gran reto de mostrar su dureza psicológica
El golf está en las manos y está en la cabeza. "Es un 80% mental", puntualiza Álvaro Quirós, un pegador que a los 28 años ha descubierto los maravillosos efectos de la psicología en sus portentosos brazos. Ni la potencia de Quirós ni el talento de Rory McIlroy, por ejemplo, sirven de nada sin dominar la mente. Tras pegarse el batacazo en la última jornada del Masters, el pequeño norirlandés no hubiera ganado su primer grande, el Abierto de Estados Unidos, sin una gran madurez mental.
"Hace 20 años, al golfista le bastaba con ser técnicamente bueno. Hace 10, la diferencia comenzó a marcarla la preparación física. Hoy, la técnica y el físico se han igualado tanto en los jugadores que la diferencia es la mente", explica Óscar del Río, psicólogo deportivo especializado en golf desde hace 15 años. "Todos hacen bajo par en los entrenamientos. El secreto es hacerlo bajo máxima presión".
Sergio García es una mina de talento. Desde que saltó a la fama en 1999, El Niño ha tenido el golf en las manos. Ha sido número dos del mundo, y ha estado a un milímetro de ganar un grande. Saber qué le ha faltado para coronarse es un misterio sin resolver. Con su padre, Víctor, ha entrenado el juego corto. Pero nunca ha prestado especial atención a la preparación psicológica. "Siendo golfista, y estando a su lado, ves que le falta algo", cuenta Álvaro Quirós; "pero yo no hablo con él de su estrategia psicológica. Sergio tiene tanto talento... Cuando uno va sobrado técnicamente a veces no se plantea ese ejercicio mental. Ahora parece que Sergio echa de menos eso. Es lo que se ve desde fuera. Nadie está en su cabeza".
El putt del hoyo 18 es un momento significativo. Llegado el último golpe del día, el golfista puede afinar la concentración o dejarse llevar ante la perspectiva del final del trabajo. A Sergio García ese golpe se le ha presentado con frecuencia como una cuesta arriba. En ocasiones, incluso le ha privado de luchar por un grande. El Niño forma parte de una generación triunfal en el deporte español. Como Pau Gasol, Navarro y Juan Carlos Ferrero, nació en 1980. A diferencia de ellos, ha rozado lo más alto sin tocar techo. Desde mañana, el castellonense tiene en el Open Británico otra cita con su destino.
Sergio García tocó fondo hace unos meses. Sus últimos títulos datan de 2008, una eternidad. Así que hubo de bajar al barro, clasificarse para el Abierto de Estados Unidos en la previa, luchar por el Británico como una fiera. Lo ha conseguido. Ha recuperado sensaciones. En el grande estadounidense fue séptimo, su mejor resultado en un major desde ese 2008 de éxitos pasados. En el Open de Múnich se le escurrió el triunfo en el desempate contra Pablo Larrazábal -otro, por cierto, que ha echado mano de un entrenador mental: "Antes la situación le dominaba, ahora es al revés", cuenta Del Río-.
"El golf está volviendo a mis manos", asegura García. Su edad, 31 años, no es ningún obstáculo (la edad media del primer ganador de un grande es de 34). Después de un tiempo en que escondió los palos, los malos momentos parecen haber forjado un nuevo jugador. "Yo nunca he visto a Sergio mal", explica Quirós. "En Estados Unidos la gente se quedó con que falló un putt en el 18 en el segundo día, pero metió tres putts de 12 o 15 metros, muchos de cuatro, salvó bogeys, jugó con confianza. Sergio está volviendo poco a poco, algo le está ilusionando otra vez. Tiene mucho talento y a poco que haga, levanta el vuelo. ¿Volverá Tiger a dominar el golf como antes? No, pero batirá el récord de Nicklaus. ¿Ganará Sergio un grande? Seguro. Es joven. Si las cosas ruedan, cinco o seis. Le ponen el sambenito de no haber ganando nunca un grande. Para mí, solo se le puede achacar que para haber sido un número dos del mundo no haya ganado tanto como se esperaba, el Players y poco más. La gente piensa que no es un tío ganador. Pero eso lo dice el populacho. El mundo del golf sabe lo que cuesta estar arriba".
McIlroy, el chico de moda, admira a Sergio García. El Niño está llamado a representar, tras Ballesteros y Olazábal, la tercera generación española triunfante en el golf. Tiene tiempo. El golf está en sus manos. ¿Y en su mente?
203 golfistas con al menos un grande
- Sergio García lleva 12 temporadas en la élite. Desde el Abierto Británico de 1999, el castellonense ha disputado 48 grandes seguidos. Ningún golfista puede presumir de semejante regularidad en el siglo XXI.
- Pero El Niño sigue sin sumarse a la lista de 203 golfistas con al menos un grande. Hay 127 jugadores
en la historia con un solo major; 33 que tienen el doblete; 17 con tres; ocho con cuatro; cinco con cinco; dos seis; cinco con siete; Watson tiene ocho; Hogan y Player, nueve; Hagen, 11; y 14 suma Tiger en la lucha por los 18 de Nicklaus.
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