Barberá duda de que el Supremo cuestione su plan en El Cabanyal
La oposición pide a la alcaldesa que no sea prepotente y rehabilite el barrio
Hacía días que la alcaldesa no protagonizaba ningún acto oficial. Ayer compareció para acusar a la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, de "engañar y manipular" con la reciente sentencia del Tribunal Supremo, que impide al Gobierno local nuevos derribos en El Cabanyal. Por lo menos hasta que el Constitucional se pronuncie sobre el conflicto de competencias que sostienen las Administraciones central y autonómica a propósito del plan urbanístico.
Las declaraciones realizadas el viernes pasado en L'Alfàs del Pi por la ministra, en las que invitaba a Barberá a "repensar" el modelo de ciudad, no sentaron bien en la alcaldía de Valencia. "¿Cómo se atreve nadie a decirme que he de cambiar el modelo de ciudad?", dijo ayer Barberá visiblemente molesta. La regidora arremetió contra González-Sinde -que firmó la orden ministerial que paraliza el plan urbanístico del barrio- y la culpó de la parálisis de licencias. Tras los improperios a la ministra, la alcaldesa anunció que le enviará "tres regalos": un libro sobre el patrimonio recuperado de Valencia, "en el que el ministerio no ha puesto un duro", un informe jurídico sobre el fallo del Supremo, donde queda claro que no entra en el fondo de la cuestión -si impera la orden ministerial que paraliza el plan o la ley de la Generalitat, que dice todo lo contrario-, y los resultados electorales del 22-M en Valencia por distritos, barrios y hasta por mesas electorales para demostrar su victoria electoral.
La alcaldesa critica a Sinde por instarle a repensar su política en el barrio
La oposición al completo salió a replicarle por su prepotencia. El portavoz socialista, Joan Calabuig, pidió a Barberá serenidad e insistió en que abandone la actitud de confrontación que sostiene en relación con el barrio. "Es importante dejar de insistir en los espacios de confrontación porque no es bueno para Valencia", aconsejó el concejal socialista a la alcaldesa. Calabuig reiteró que el único problema en El Cabanyal son los 20 años de abandono por parte del Ayuntamiento.
Joan Ribó, portavoz de Compromís, lamentó el tono "prepotente" de la regidora y la invitó a liderar el diálogo institucional y ciudadano en el barrio, donde el Consistorio tiene bloqueada la concesión de licencias de actividad y obras en aplicación de la orden ministerial. "Se ha comportado como una auténtica hooligan", dijo. Ribó pidió que todos los esfuerzos se encaminen a revitalizar el barrio y reclamó a Barberá que no gaste más dinero público en abogados para defender la ampliación de la avenida de Blasco Ibáñez a costa de la demolición de parte del barrio.
Amadeu Sanchis, edil de EU, aprovechó para demandar a la alcaldesa un plan de rehabilitación integral, no solo para este barrio sino para el Colegio Mayor de la Seda, la iglesia de los Santos Juanes, el Casino Americano en Benicalap o las alquerías. "En El Cabanyal conviven solares en los que antes existían antiguos edificios con otros en situación de ruina, siendo todos bienes de interés cultural y exponentes de un modernismo único en Europa", agregó Sanchis.
Agustí Cerdà, de Esquerra Republicana del País Valencià -partido sin representación en el Consistorio-, el Ministerio de Cultura ya no tiene ninguna excusa para dejar de invertir en la rehabilitación y dinamización del barrio. "Es urgente detener la degradación del patrimonio".
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