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ESTA SEMANA
Columna
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Protagonismo

Una vez más, Andalucía acapara buena parte de la atención política, sobre todo desde el ámbito del PSOE. Lanzado ya en su carrera electoral Alfredo Pérez Rubalcaba, la clave ahora se centra, no ya en el grado de apoyo que vaya a tener entre los socialistas andaluces, que se presume será total, sino más bien en determinar hasta qué punto van a colaborar haciendo coincidir, si así se considera conveniente, las elecciones autonómicas con las legislativas en las que medirá sus fuerzas con Rajoy. En principio, se parte de una posición de firmeza del único a quien compete esta decisión, el presidente andaluz, José Antonio Griñán, quien tiene fecha ya fijada para el 4 de marzo del año que viene. Así lo reitera constantemente a todo aquel que le pregunta. En todo caso, advierte siempre que esa medida la adoptará teniendo en cuenta los intereses de Andalucía y no otros. Pero esos "otros" existen y puede que este planteamiento cambie si, a través de los correspondientes estudios demoscópicos, en Ferraz caen en la cuenta de que interesa esa coincidencia tanto para mantenerse en La Moncloa como en San Telmo.

De todas formas, informes y análisis los habrá también que lleguen a la conclusión contraria, esto es, que lo mejor sería una concurrencia en solitario en las autonómicas. El debate está ahí y no parece fácil la solución. Mientras, lo que se confirma es que tanto el territorio andaluz como el catalán se configuran como los dos escenarios esenciales en los que ha de fundamentar Rubalcaba su progresión en las urnas. El político cántabro, diputado por Cádiz, cuenta ya en esta comunidad con las suficientes complicidades, por lo que gozará del pleno respaldo de los socialistas andaluces, de donde salen algunos nombres propios de su equipo más cercano.

Uno de ellos es el de la consejera Micaela Navarro, quien será la coordinadora de las Políticas de Igualdad. Un nombramiento que viene a destacar las actuaciones que en esta materia se están llevando a cabo en nuestra comunidad. Lo mismo se puede decir de otras aportaciones que realizarán María Jesús Montero, en materia de Sanidad; Francisco Vallejo, en relación con Innovación y Empresas, o Juan Espadas, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Sevilla, entre otros. Pero, tal vez, ha llegado el momento de que esa afinidad traspase lo meramente orgánico y tome cuerpo en forma de decisiones del Gobierno central. El Ejecutivo de Zapatero tiene, a partir de esta semana, la oportunidad de ser más sensible a actuaciones protagonizadas por Andalucía de forma singular y vinculadas, por ejemplo, al nivel de endeudamiento permitido o al ahorro y control del gasto farmacéutico, actuaciones que muy bien se podrían inscribir en los nuevos postulados políticos que preconiza el candidato Rubalcaba.

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