El parque rupestre de Campo Lameiro se abre tras años de obras

Ha llevado más tiempo del inicialmente previsto pero finalmente mañana abrirá sus puertas el Parque Arquelógico de Arte Rupestre de Campo Lameiro (Pontevedra), que puede llegar a convertirse en una referencia a nivel europeo dada la cantidad y la calidad de las muestras de arte rupestre que se conservan en la zona. Aunque su apertura ha sufrido varios retrasos la espera ha merecido la pena ya que el parque verá añadido su valor con un gran centro de interpretación donde será posible dar al visitante mucha información sobre el recorrido que podrá realizar posteriormente por los senderos que atraviesan el parque.

Dos de las joyas con las que se encontrara el público durante el recorrido son A Laxe dos Carballos, donde puede verse una piedra tallada con la figura de un ciervo con lanzas clavadas en su lomo, y el Outeiro dos Cogoludos, un gran panel plagado de motivos geométricos. Son trabajos que sorprenden por su perfección y más cuando se conoce que fueron realizados en la Edad de Bronce, hace más de 4.000 años.

Las joyas que podrá visitar el público son grabados de hace más de 4.000 años

El centro de interpretación que se encontrarán los visitantes del parque ha sido concebido como un lugar de referencia para la investigación y conservación de los petroglifos existentes en la zona. Cuenta con una superficie total de 3.500 metros cuadrados y fue diseñado para minimizar el impacto ambiental. El edificio consta de dos plantas, la de abajo cuenta con un espacio para exposiciones, tienda y cafetería, mientras que el piso superior tiene espacios dedicados a las investigación y la documentación de los petroglifos existentes en Galicia, además de diversas aulas para celebrar reuniones y seminarios.

El parque consta de 21,8 hectáreas de terreno que permiten gozar de un paisaje cultural sin parangón en Galicia. En total, hay más de ochenta paneles con grabados rupestres sobre los que se vienen realizando actuaciones arqueológicas desde 2003. Estos trabajos consisten en la prospección, excavación y reproducción de los petroglifos, de forma que se puedan contemplar los motivos y escenas que los forman, además de comprender los patrones de distribución espacial de los mismos. El valle medio del río Lérez (Campo Lameiro y Cotobade) es una zona rica en este tipo de patrimonio en cuanto a cantidad, calidad y variedad de los motivos, así como en las dimensiones y complejidades de los paneles.

En el área de Campo Lameiro se acumulan centenares de diseños de diferentes tipos. Los geómetricos son los más comunes y destacan entre ellos las cazoletas, las combinaciones circulares y las espirales. Estos diseños se encuentran a menudo acompañados por otros de carácter más figurativo: zoomorfos, antropomorfos y representaciones de armas. La inversión total en el parque y en la construcción del centro alcanzó los 10,6 millones de euros, de los que la Xunta aportó 7,2 millones y el resto corrió a cargo del Ministerio de Fomento.