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Reportaje:TALENTOS QUE ARRIESGAN

La tecnología se convierte en arte

Arstic ha creado cinco puestos de trabajo 'musicalizando' el mudéjar

¿Una empresa tecnológica en la que para trabajar hay que tener conocimientos musicales? Eduardo Estopiñán y Miguel Ángel Varona, socios fundadores de Arstic Audiovisual Solutions, no pudieron asistir a la entrevista, por lo que fue Juan Pablo Pérez, director gerente y tercer socio fundador, quien respondió afirmativamente a la pregunta. Esta compañía con sede en Zaragoza se dedica precisamente a eso, a desarrollar productos en los que interactúen arte (principalmente en forma de música, aunque también de imagen) y tecnología: "Somos una empresa científico-tecnológica en la que todos los trabajadores tenemos alguna relación con el arte, especialmente con la música", afirma.

No es extraño que así suceda, puesto que Arstic ya era así desde que, en su lugar de nacimiento, un grupo de investigación de la Universidad de Zaragoza estudiaba cómo convertir elementos físicos y químicos en música. "Allí desarrollamos diversos trabajos en este sentido; entre ellos, la musicalización del genoma humano. Con el tiempo, fuimos madurando la idea de que quizá estuviéramos ante una oportunidad de negocio y que todo lo conseguido investigando no tenía por qué quedarse en trabajos de investigación universitaria".

La compañía crea productos en los que tecnología y arte interactúan
Se utilizan para campañas de 'marketing' y en espectáculos

La confirmación a esa intuición llegó de la forma más inesperada: de la mano del arte mudéjar. "Se hizo un trabajo para convertir los ornamentos de las torres mudéjares de Aragón en música, en partituras. Aquello, además de tener mucha repercusión mediática, nos hizo ver que en España no había nadie capaz, desde la vanguardia tecnológica en audio y vídeo, de hacer algo así, lo que, evidentemente, nos abría muchas posibilidades de negocio en el campo de los eventos", explica Pérez.

Eso de coger una torre mudéjar, fotografiarla desde todos los ángulos posibles, tomar todas y cada una de sus medidas, introducir los datos en un ordenador y que de aquello salieran partituras de música mudéjar "lo conseguimos utilizando formas de composición de aquella época. Fue tan increíble, tan innovador, que no podía por menos que abrir, aquí y allá, posibilidades de negocio. A partir de aquel primer trabajo, el sector audiovisual entendió nuestra filosofía de negocio. No queríamos ser competencia para empresas de producción de contenidos o eventos, sino añadir valor a sus propios modelos de negocio. Nuestros productos están enfocados tanto a desarrollar campañas de marketing con instituciones y empresas como a colaborar con creativos y artistas de la música, la danza, el teatro, la arquitectura... En todos los casos, con tecnología propia, lo que abarata bastante los costes".

Después de tres años de actividad, Artisc ya es una empresa consolidada en el mercado. "Ya pasó la etapa en la que nuestros ingresos se sustentaban, casi exclusivamente, en subvenciones públicas. Estamos orientando el negocio hacia la iniciativa privada e, incluso, hemos comenzado a trabajar en el mercado exterior, en un proyecto europeo en el que participan empresas y entidades de 14 países", sostiene su director.

En los comienzos, hubo que salvar, "sobre todo a la hora de buscar financiación", todos los clichés habitualmente asociados a las empresas salidas de la universidad. "Te ven como esos chicos que hacen cosas simpáticas, curiosas... pero poco más. Nadie ve en ti una consistencia empresarial, así que no nos quedó otra que demostrar que éramos investigadores que hacían I+D, pero también empresa con capacidad para desarrollar y vender tecnología propia en áreas cómo el videomapping (proyección de imágenes sobre arquitecturas de edificios), una tecnología que nadie tiene en Europa en el mundo empresarial. Hay que ir a EE UU o Japón a buscarla, lo que encarece mucho el producto".

Estos tres amigos y empresarios jóvenes, con 12.000 euros de capital inicial, ya han creado cinco puestos de trabajo e invierten un 60% de su facturación en I+D; y también siguen reuniéndose cada viernes por la noche a tocar y vivir su pasión común por la música.

Proyectos

- Crecer en el mercado nacional y abrirse al internacional con proyectos de tecnología propia y soluciones en escaparatismo interactivo, estands feriales...

Perfil

- Juan Pablo Pérez

tiene formación jurídica y experiencia en propiedad intelectual y creación de empresas tecnológicas. Eduardo Estopiñán y Miguel Ángel Varona

son ingenieros de telecomunicaciones con experiencia investigadora en audiodigital y procesado digital de imagen.

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