Una noche con Claire
Narrativa. Las celebraciones del Año Dual España-Rusia están sirviendo, entre otras cosas, para descubrir a autores ignorados en ambos países; el caso de Gaito Gazdánov (1903-1971) figura entre los más singulares porque a su biografía -digna del mejor personaje de ficción- se añade el hecho de que relata la desaparición de todo un mundo. Nacido en San Petersburgo y muerto en Múnich, hoy es uno de los emblemas de la cultura en Osetia y su obra, que en los años treinta le valió el reconocimiento de la crítica y de autores como Gorki o Jodasévich, protagoniza una paulatina recuperación. De su abrumadora peripecia personal basta escoger tres datos para comprender que no se trata de una personalidad lineal: combatió con el Ejército Blanco en la guerra civil rusa, colaboró con la Resistencia en la Francia ocupada por los nazis y dedicó sus últimos veinte años a escribir para Radio Liberty, desde la sede que la emisora de la CIA tenía en Alemania. Si a eso se añaden sus etapas en Turquía y Bulgaria, sus estudios en la Sorbona y sus empleos como obrero de la Renault y taxista en París, podemos imaginar mejor la complejidad de un autor que representa, más allá de su amplia apuesta novelística, la inadaptación de la vieja Rusia a la lógica de la historia del siglo XX. La historia de la emigración rusa posterior a la Revolución es la historia de una enorme, delirante y dolorosa inadaptación a la vida real. De París a Nueva York pasando por Estambul, Madrid o Buenos Aires, los rusos más o menos desafectos a la causa soviética poblaron el mapa de samovares, iconos, botellas de vodka, viejas fotografías y algunos excelentes escritores que, como Nabokov, consiguieron dejar por escrito lo que pudo haber sido y no fue la rusidad atemporal de los grandes mitos. A Gazdánov le debemos la narración de un fecundo espacio sentimental generalmente aislado de las grandes preocupaciones de la emigración -casi siempre empeñada en el derribo político de la URSS o en la machacona nostalgia de la infancia perdida- y rara vez rescatado con dignidad literaria. Como Jaan Kross en El loco del Zar, Gazdánov recupera su universo perdido y desnuda, sin concesiones a la vanidad literaria, su perplejidad y su curiosidad por el mundo bajo la coartada del amor por Claire. La novela tiene además un interés especial para el lector español porque desvela algunas de las claves en que se basó el fructífero lugar común de la similitud entre los dos extremos del continente.
Una noche con Claire
Gaito Gazdánov
Prólogo de Patricio Pron
Traducción de María García Barris
Nevsky Prospekts. Madrid, 2011
240 páginas. 19 euros
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