El último combate
Uno de los dos no estará el próximo año en el mismo sitio. En la batalla final que se avecina, o Griñán o Arenas habrán caído en combate. El debate sobre el estado de la comunidad que culmina hoy será, casi con toda seguridad, el último cara a cara que enfrente a los actuales líderes del PSOE y del PP.
Pero habrá que esperar a marzo del próximo año para conocer el desenlace. Porque lo que está descartado, a pesar de la insistencia cansina del PP, es que haya un adelanto electoral en Andalucía. Griñán cuenta con mayoría absoluta en el Parlamento, al contrario que Zapatero.
El debate de este año marcará pues la pauta que socialistas y populares seguirán en los próximos meses. El año pasado Griñán sorprendió con una subida de impuestos en el IRPF a los ciudadanos con mayores ingresos. Tanto que Arenas pidió que se repitiera el debate. Este año, el presidente ha vuelto a sorprender a la oposición con una batería de propuestas que afianzan su apuesta por los pilares del Estado del bienestar.
Socialdemócrata convencido, durante la preparación del debate, Griñán ha tenido muy presente que son los que menos tienen los que más están sufriendo una crisis que ellos no han provocado. En esa línea se enmarca el anuncio de la convocatoria de 3.000 becas para jóvenes parados con cargas familiares. Percibirán 400 euros para que regresen a las aulas y finalicen los estudios que dejaron inacabados. Como dijo el presidente, "el gasto en educación hoy, es el PIB del mañana".
Es curioso que sea a la patronal andaluza a quien parece disgustarle más esta medida. ¿Acaso porque prefiere tener mano de obra barata disponible? Y es impresentable la despectiva reacción del diputado de CiU, Duran i Lleida, acusando a la Junta de "malgastar" el dinero en "ni-nis" (ni estudian, ni trabajan), mientras Cataluña tiene que reducir un 10% su presupuesto. Así entienden los conservadores catalanes el derecho a una educación adecuada de los españoles, hayan nacido en Carmona o Mataró.
Pero sin duda ha sido la propuesta de crear el escaño 110 la estrella del debate. Griñán, en palabras de Mar Moreno, consejera de Presidencia, demuestra así que "sabe escuchar" a la ciudadanía. Es un signo evidente de la influencia del movimiento 15-M en los políticos socialistas. Zapatero, el día anterior, protegía algo más a las familias que encuentran dificultades para pagar sus hipotecas. Griñán abre la puerta del Parlamento a las iniciativas populares para mejorar la democracia.
Abrió también a la puerta a una mayor transparencia. En ese sentido, su gesto final de entregar la declaración de la renta con los ingresos de su familia a la presidenta de la Cámara, para que ésta la haga pública, desconcertó a la oposición.
Lo mismo que el pacto que ofreció al resto de partidos de suprimir privilegios, como las pensiones de los expresidentes. También defenderá que los diputados solo puedan percibir un sueldo, el que les paga el Parlamento. Un disparo al corazón del PP, cuya secretaria general, Dolores de Cospedal, recibía un "complemento" de su partido de más de 150.000 euros anuales, lo que, sumado a su sueldo como senadora, la convertían en la política mejor pagada del país, con casi un cuarto de millón de euros al año. Y se pasaba media jornada pidiendo austeridad a los demás.
Arenas se enfrentaba a este debate con dos armas muy contundentes a su favor: la rotunda victoria de su partido en las elecciones municipales y el desgaste del Gobierno por el escándalo de los infiltrados en los ERE. (Su intervención será analizada en un próximo artículo).
La batalla final ha comenzado. Si Griñán pone en marcha todo lo que anunció ayer y presta atención al clamor popular expresado en la calle, todavía puede ganar la guerra.
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