EB considera "poco satisfactorio" el estado de su negociación con el PNV en Álava

Ezker Batua (EB) de Álava elevó ayer el tono en su negociación con el PNV, que necesita imperiosamente de sus votos para mantener a Xabier Agirre al frente de la Diputación alavesa. EB centra ahora sus exigencias programáticas en fiscalidad y empleo. La portavoz de su comisión negociadora, Kontxi Bilbao, recalcó ayer que las conversaciones están estancadas y que la respuesta del PNV está siendo "poco satisfactoria".

Con palabras a ratos muy duras - "no permitiremos que sea el PNV el que marque los tiempos o nos chantajee"-, la exparlamentaria recalcó que los nacionalistas tienen que "ponerse las pilas" porque "son ellos quienes se juegan la Diputación". Bilbao recalcó que a su partido no le costará un ápice cambiar "derecha por derecha" y dejar que el PP, la lista más votada, se haga con el Gobierno foral.

EB, controlada en este territorio por el sector del ex coordinador general Javier Madrazo, quiere que el PNV acepte varias de sus propuestas a cambio de sus votos en la investidura del 7 de julio. Bilbao explicó ayer que la reforma de la ley electoral para facilitar la entrada de los partidos minoritarios en las Juntas Generales, exigida por EB, ya no resulta un punto innegociable.

El documento de la Permanente territorial de Álava, pactado inicialmente entre los distintos sectores de EB, incluía este punto y la recuperación del Impuesto del Patrimonio como puntos claves. Una postura contraria del PNV implicaría "la ruptura de las negociaciones", confirmó entonces el coordinador provincial, David Lozano en conversariones internas. Bilbao reconoció ayer que ese punto es "muy complicado para el PNV" y que tendrán que poner todo en la balanza. Las dos principales exigencias que EB plantea ahora son la reforma fiscal -Impuesto del Patrimonio y subida del de Sociedades- y una partida de 10 millones de euros para reactivar el empleo.

EB cree que la llegada de Bildu a la Diputación de Guipúzcoa y la apueta del Gobierno por abordar una amplia reforma fiscal que incluiría casi seguramente una subida de impuestos crean un momento propicio para el cambio.