Los jóvenes vuelven a la televisión
Aumenta el consumo entre el público que había migrado a Internet
Ha sido un viaje de ida y vuelta. Los jóvenes, que habían dado la espalda a la televisión para caer en brazos de los formatos digitales (especialmente Internet), regresan a la pantalla tradicional. Las nuevas tecnologías, desde los teléfonos inteligentes hasta las redes sociales, han ido copando parcelas cada vez más significativas del ocio de los jóvenes. Pero este fenómeno ha entrado en declive.
No es solo una tendencia española. Países tan dispares como Dinamarca, Estonia y Filipinas revelan que los jóvenes urbanos se han reconciliado con la televisión, según un estudio elaborado en 15 Estados por la multinacional de los análisis de audiencias Kantar Media.
En los últimos años, los jóvenes han optado por ver productos audiovisuales a través de Internet. Las descargas de series estadounidenses y las visitas a YouTube (donde el 85% de los vídeos proceden de la televisión) provocaron el descenso de consumo televisivo. La crisis económica y el aumento de la oferta con la TDT (se pueden captar 50 canales gratis) explican en parte este cambio de tendencia.
En el caso de España, el informe pone de manifiesto que niños y jóvenes (entre los 4 y los 34 años) han aumentado ocho minutos el consumo en los cinco primeros meses del año respecto a 2010. No es mucho, pero consolida una modificación en los hábitos de los espectadores. Más notable es el crecimiento si se compara con el consumo global. En 2006, los espectadores de las ciudades veían de media la televisión 215 minutos al día, mientras que el promedio en enero-mayo de 2011 asciende a 247. Países como Estonia, Singapur y Filipinas superan esta marca, mientras que Noruega, Rusia y Polonia están por debajo.
El estudio se centra en el hábitat urbano (localidades de más de 50.000 habitantes en el caso de España), donde el consumo es inferior al de las zonas rurales. Además del hábitat, Kantar Media cuantifica la audiencia en función de la clase social y la edad.
Respecto a la clase social, las diferencias son abismales. El año pasado, los espectadores de menor poder adquisitivo estuvieron conectados 262 minutos, una hora más que los de mayor nivel económico (198 minutos). Por edades, los más expuestos fueron los que tienen 65 años y más, que pasaron casi una cuarta parte del día con el televisor enchufado (323 minutos). En el otro extremo, el público más pequeño (de 4 a 12 años) conectó durante dos horas y media (159 minutos).
Motivados por el uso de otras tecnologías o por la convivencia de varias pantallas, "lo que el audímetro viene a confirmar es el buen estado de salud del consumo de televisión dentro y fuera de nuestro país entre los más jóvenes y el público que genera", dice Kantar Media.
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