La 'vía Rajoy' permite tanto el giro al centro de Monago como la 'tijera' en Castilla-La Mancha
El nuevo PP de Mariano Rajoy se parece cada vez menos a ese PP obsesionado por la coherencia de su discurso en toda España. Desde la derrota de 2008, el líder del PP ha dado una libertad total desconocida a sus barones: Baleares cerraba la puerta a los imputados, la Comunidad Valenciana los mantenía. Unas comunidades aplicaban la ley del tabaco o la Educación para la Ciudadanía, otras no. Ayuntamientos como el de Madrid subían impuestos mientras Rajoy prometía bajarlos. El PP vasco defendía el concierto mientras el riojano recurría al Constitucional contra una ley para desarrollarlo. El PP catalán lanzaba un discurso durísimo sobre inmigración, contrario al del madrileño. Cospedal combatía el trasvase Tajo-Segura mientras Valcárcel lo defendía...
Llegados a la formación de gobiernos, después del arrollador éxito del 22-M, esta doctrina Rajoy ha llegado al extremo. El PP ha ofrecido pactos a todos, desde el BNG al PNV. Y en Extremadura sucederá algo impensable en el PP de hace unos pocos años: José Antonio Monago gobernará gracias a la abstención de IU.
El caso de Monago frente al de Dolores de Cospedal es paradigmático de las diferencias que permite el nuevo PP de geometría variable. Para pactar con IU, Monago está dispuesto a modificar la fiscalidad extremeña para subir impuestos a los terratenientes, congelar nuevos conciertos educativos e incluso a pedir la recuperación del Impuesto del Patrimonio. ¿Y qué dice Rajoy? "Solo me ha pedido que aplique el sentido común", señala Monago. Esto es, que haga lo que le parezca. Monago explica que con un discurso puro del PP es imposible sacar 300.000 votos en Extremadura. De hecho, fue el único barón popular que votó a favor de la subida del IRPF a las rentas altas y que ha cerrado también un pacto educativo con el PSOE.
Mientras Monago se muestra abierto con los impuestos -aunque también prevé hacer recortes- y mantiene una ejemplar relación con el socialista Guillermo Fernández Vara, Cospedal, con su mayoría absoluta, no ha hablado con Barreda -él tampoco la ha llamado-, ha concentrado su discurso en los recortes, y se prepara para anunciar otros mayores cuando entre a gobernar y tenga todos los datos de las cuentas. De subidas de impuestos a grandes fincas o parecido, ni palabra. Claro que ella no necesita ningún voto de otros.
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