Una chispa deja sin vivienda a 200 personas en un incendio en Cádiz
La mayoría de los vecinos se refugiaron en la azotea del edificio de 11 plantas
"Fueron segundos. Una rotaflex, una chispa y en unos segundos estábamos rodeados de llamas". Los obreros, testigos directos del incendio que ayer asoló un edificio en Cádiz, no eran del todo conscientes del milagro. Salvaron sus vidas por poco.
Lograron escapar antes de que el fuego llenara toda la planta baja, donde se estaba construyendo un restaurante, y enseguida se propagaran por todo el edificio hasta alcanzar la cuarta planta en apenas un minuto. También milagrosamente los vecinos de este inmueble, unos 200, lograron escapar o ser rescatados tras un ingente dispositivo de los bomberos.
El incendio se inició pasadas las nueve de la mañana. Según relataron los trabajadores de la obra, la chispa saltó sobre una base de pegamento que se estaba utilizando para el sistema de insonorización del local. No hubo tiempo de buscar los extintores porque las llamas, acompañadas de una intensa humareda, se propagaron inmediatamente. "Nos dio a tiempo a salir pero ya teníamos el fuego en los pies", relató uno de los obreros. Uno de sus compañeros sufrió quemaduras en los brazos pero todos los demás resultaron sorprendentemente ilesos. Las llamas alcanzaron la cuarta planta y un tóxico y denso humo negro rodeó todo el inmueble, de 11 plantas en la esquina entre la calle Brasil y el Paseo Marítimo. El inmueble tiene 120 viviendas pero solo la mitad estaban ocupadas, al ser un lugar de habitual alquiler para el verano. Unas 200 personas quedaron de pronto atrapadas. Algunas, las de las plantas más bajas pudieron salir por su propio pie. "He podio ayudar a un matrimonio que tenía a la señora en silla de ruedas", relató Domingo Sánchez, policía nacional residente en el edificio. Dos agentes que le ayudaron tuvieron que ser hospitalizados por intoxicación de humo.
"Nos dio tiempo a salir, pero el fuego lo teníamos en los pies", dice un obrero
El fuego se originó en las obras de construcción de un restaurante
Otras personas quedaron atrapadas durante varias horas en las plantas superiores, aunque siempre estuvieron a salvo al refugiarse en una terraza bien ventilada y en la azotea. Sobre la una de la tarde pudieron ser rescatadas. "Hemos ido bajando de cinco en cinco. Las escaleras seguían llenas de humo", contó uno de los vecinos. Todos ellos fueron atendidos por los servicios sanitarios. No hubo ningún herido grave.
El local iba a convertirse en un restaurante. Su dueño José Manuel Pascual se acercó al lugar del siniestro. "Hay que alegrarnos de que no haya habido ningún daño personal y lo otro es una desgracia empresarial que asumimos, que llevará a que no podamos abrir en la fecha prevista y que tengamos que reparar los daños, que asumimos completamente". Los bomberos y técnicos municipales creen que el inmueble no será habitable hasta, como mínimo, una semana.
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