Barberá critica a los acampados y EU lamenta que intente criminalizarlos

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, no ahorró ayer en críticas. En dos entrevistas concedidas a otras tantas cadenas de radio, Barberá aseguró que a los acampados en la plaza del Ayuntamiento de Valencia desde hace casi un mes "se les han caído mucho las caretas". Y acto seguido dijo que entre ellos hay "viejos conocidos" de sus escoltas [policías locales], en alusión a okupas, e incluso mencionó que hay informes de la policía que apuntan a que en la plaza no solo se fuma marihuana sino que se cultivan dos plantas. Según Barberá, los valores que defiende el autor del libro Indignados -Stephane Hessel- no son los que se manifiestan en las acampadas, al tiempo que dijo sentirse "alucinada" porque desde el balcón de la alcaldía ve "cómo se infringen todas las ordenanzas municipales".

Los acampados negaron que cultiven marihuana en la plaza del Ayuntamiento, donde el pasado sábado organizaron una cacerolada en protesta por la presencia de imputados en las instituciones públicas.

La coordinadora de EUPV y diputada autonómica, Marga Sanz, salió en defensa de los acampados y replicó a la alcaldesa: "Es lamentable que intente criminalizar a los manifestantes del Movimiento 15-M", dijo.

La alcaldesa criticó también, en estas mismas emisoras, la "facilidad que hay en España para imputar delitos a los dirigentes políticos", como es el caso, manifestó, del presidente de la Generalitat, Francisco Camps, implicado en una causa judicial "por tres trajes". Poco después, en El Saler, extendió esta misma reflexión a su concejal de gobierno Jorge Bellver, imputado por prevaricación por autorizar un aparcamiento en las inmediaciones de los protegidos Jardines de Monforte. "Y no digo más", agregó al ser preguntada por si con sus declaraciones ponía en tela de juicio la actuación de la judicatura. En este sentido, recordó que ya pidió hace unos meses una reflexión sobre el funcionamiento de la justicia y poco después el Tribunal Constitucional desdecía al Supremo y autorizaba a Bildu a presentarse a las elecciones del 22-M.