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Los acusados del doble crimen de Ferrol se acusan mutuamente

Fue un crimen espeluznante y el juicio se aventura escabroso. Manuel Antonio Prado y su expareja, Adriana Amenedo, cruzaron ayer duras acusaciones en la primera sesión del juicio por el doble asesinato de José Manuel Gómez y Claudia Castelo, en un piso de Betanzos en septiembre del 2008. Supuestamente los mataron a cuchilladas y martillazos en su propia casa tras discutir por la compraventa de una furgoneta. Primero a él, vecino de Sada, y poco después a su novia, una joven camarera argentina.

Los descuartizaron sin miramientos y sacaron sus restos en un carrito de bebé repartidos en bolsas, maletas y plásticos que abandonaron en una cantera de Covas-Ferrol antes de huir camino de Ribadeo, donde fueron apresados junto a su hijo de ocho meses.

Sereno y con mucho desparpajo, Prado, que ya había cumplido condena por el asesinato de un taxista en 1999, se declaró culpable y aseguró que todo fue idea de ambos con el único objetivo de conseguir dinero para drogarse. Para justificarse, reconoció que entonces consumía más de 20 gramos diarios de cocaína. Ella, alterada y protestona, lo acusó de "hipócrita" y se negó a declarar. La Fiscalía y la acusación particular piden para cada uno de los acusados 50 años de cárcel por doble asesinato, robo con fuerza y profanación de cadáveres. La defensa de la chica pide su absolución.

CABALAR ( EFE)
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