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Reportaje:

Eucaliptos hasta en los castros

Una plantación llena de árboles de rápido crecimiento cubre la fortaleza de Coto da Vela, en Xove - Los ecologistas denuncian los daños en el conjunto

En una de las tres murallas del castro de Coto da Vela, en el municipio lucense de Xove, se han plantado árboles incluso encima de los torreones. Da el aspecto de un bosque de eucaliptos, especie arbórea que en la edad adulta puede llegar a tener una altura de hasta 60 metros. El Seprona de Xove y el Servicio Galego de Patrimonio de la Xunta ya están al corriente de la situación, tras interponer denuncia los ecologistas de Adega y Mariñapatrimonio, de los importantes daños en yacimientos castrexos.

Pero la denuncia no se detiene en este castro de Xove, sino que va más allá y se extiende a otro próximo a Pereiraboa, en Xove también, y el de Castelo de Celeiro, en el ayuntamiento de Viveiro. Los ecologistas atribuyen los desperfectos a talas y repoblaciones, con orificios para plantar que son perfectamente visibles. "Entran en los castros y con maquinaria pesada destrozando todo", constata el portavoz de Mariñapatrimonio, Manuel Miranda, quien acusa a "particulares o empresas madereras" de los desperfectos.

Las talas y las repoblaciones han dañado hasta tres castros en Lugo

Pero todo el peso de la responsabilidad lo hace recaer sobre la Xunta por autorizar las talas. "El Gobierno gallego da permiso para hacer eso", pese a que el castro do Coto da Vela está inventariado y catalogado como tal por la consellería. Es aquí donde pone el acento Miranda, al advertir de la presencia de esa especie arbórea sobre una muralla y dos torreones, en uno de los castros más espectaculares de la Mariña lucense.

El alcalde en funciones de Xove, el popular Demetrio Salgueiro, asegura desconocer los estragos. "De los castros de los que se habla realmente no me consta que se hiciera ninguna actuación", señala. Con todo, sí admite que "se limpiaron pistas como se hace habitualmente para el trabajo de prevención de incendios forestales". "Como se hizo toda la vida", sentencia. El regidor asume, por lo demás, que "el plantar eucaliptos es algo endémico de la zona y de toda Galicia". "No tengo constancia que se plantaran encima de los castros, ni nada por el estilo", repite.

A él no le consta, pero sí a las dos organizaciones ecologistas que han comprobado cómo en los yacimientos "se hicieron movimientos de tierra con palas mecánicas para la apertura de nuevos caminos, llegando a cortar los parapetos de defensa". "Estas remociones de tierra con medios mecánicos también se llevaron a cabo en la posterior replantación del monte, que dejó a la vista restos arqueológicos como cerámica o molinos", lamenta Miranda. Los eucaliptos se han plantado por "miles", dando ese aspecto de "bosque", subraya.

En un comunicado de prensa, se preguntan al unísono Adega y Mariñapatrimonio "dónde están los poderes públicos, ayuntamientos y Xunta, que por ley tienen la obligación de velar y proteger el patrimonio que es de todos". "Y no deja de ser paradójico que la Administración con la máxima responsabilidad en la defensa del patrimonio, como es la Xunta, sea también la que autoriza las talas con maquinaria pesada en yacimientos arqueológicos, sabiendo el impacto que eso supone para los bienes catalogados", protestan. La repoblación de eucaliptos no se lleva a cabo artesanalmente, como se podía hacer antes, sino que se emplean grandes excavadoras que "arramblan" con todo, denuncian los ecologistas.

Recientemente denunciaron también el "relleno ilegal" de otro castro, el de Sumoas en Xove. Esto sí que lo conoce el alcalde de Xove. "Lo que me consta es lo que se hizo recientemente en el castro de Sumoas, una zona que estuvo plantada de eucaliptos. Se compró esa parcela al anterior propietario, que cortó los árboles. El ayuntamiento arrancó los troncos y explanó el terreno. A lo mejor se echó un poco de tierra vegetal para regular la explanación, pero todo fuera de la superficie catalogada", justifica Salgueiro. Miranda pide al ayuntamiento que combata estas prácticas y no permita que un castro se convierta finalmente en un eucaliptal.

Un movimiento de tierras causó estragos en el castro de Castelo de Celeiro (imagen de arriba) y dejó desperdigados trozos de piedra de molino (izquierda) y de cerámica (derecha).

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