Los Cameron repiten vacaciones en España

La familia del primer ministro británico David Cameron pasa unos días de vacaciones preveraniegas en el sur, al sol y junto al Mediterráneo. Es la segunda vez en dos meses que los Cameron eligen España para su descanso, sin agenda de reuniones políticas y compromisos de recepciones oficiales. Primero fue Granada y ahora toca Ibiza.

Los turistas Cameron (David, su esposa Samantha y sus tres hijos, Arthur, de 5 años, Nancy, de 7, y Florence, de nueve meses) habitan en un lugar no determinado de la isla balear, posiblemente en los alrededores de Sant Antoni, destino popular por sus famosos bares con música ante las puestas de sol en el mar y, también, por las fiestas sin mesura de los jóvenes británicos.

Volaron en una línea de bajo coste, como cuando fueron a granada

El hogar provisional de los primeros VIP del veraneo de Ibiza es mantenido en secreto por razones de seguridad y exigencias oficiales británicas. Sí se ha divulgado que el político viajó el sábado desde París hasta Ibiza en una aerolínea de bajo coste, tras la última cumbre del G-8. Igual que cuando el matrimonio se trasladó a Granada para festejar el 40 cumpleaños de Samantha. Ibiza atrae cada año más de medio millón de los más de 15 millones de británicos que acuden a España.

El veraneo anticipado quedó registrado de manera muy formal en unas fotografías de posado en un enclave urbano en Santa Gertrudis de Fruitera, pactadas por el Gobierno británico con la prensa de su país que sigue al matrimonio. David Cameron paseó con un polo azul y unos mocasines de piel, y Samantha con un peto floreado y unas ligeras sandalias esclavas. Se exhibieron pálidos de piel, mínimamente tocados por el sol. Otras imágenes divulgadas de Samantha en periódicos ingleses la muestran en biquini.

Ibiza aún huele a humo de pino por el gigantesco incendio forestal que asoló durante seis días -hasta ayer- la zona norte de la isla. Cuando aterrizó Cameron, el cielo humeaba, y al llegar al aeropuerto se le confundió con una autoridad española desplazada para controlar las tareas contra el fuego.

Decenas de miles de aficionados y turistas estrenaron el último fin de semana de mayo una tradición mundial: las primeras fiestas musicales de la temporada, a cielo abierto y en las tan acreditadas discotecas.