Jordan, la horma de LeBron James
El as de los Heat inicia el asalto al título ante Dallas bajo la exigencia del mejor de siempre
LeBron James está en tiempo y forma para iniciar la colosal tarea para la que parece predestinado desde que empezó a botar el balón que le regaló su madre Gloria en las calles de Akron (Ohio) y desde que, siendo un pipiolo, en 2003, firmara un multimillonario contrato con Nike: erigirse en una nueva versión de Michael Jordan. Casi nada.
El mejor de todos los tiempos dejó un legado enorme, de tal calibre que muchos le consideran no solo el mejor jugador de baloncesto sino también el mejor deportista de todas las épocas. Pero si los récords están para romperse, las leyendas están para ser superadas. Y LeBron, apodado El Rey y El Elegido, afronta uno de los primeros escalones esenciales en su desafío con la final que enfrenta a su equipo, los Heat de Miami, y a los Mavericks de Dallas, a partir de la madrugada del martes al miércoles (3.00, hora española, Canal +).
Michael Jordan se retiró con seis anillos. LeBron no se ha estrenado, pero tiene la oportunidad de lograr el primero con 26 años, uno menos de los que tenía Jordan cuando abrió su palmarés, en 1991, con los Bulls de Chicago. Scottie Pippen, compañero de MJ y otro pilar de aquel legendario equipo, en vísperas de la final Miami-Dallas, se ha atrevido a manifestar: "Jordan es probablemente el mejor cañonero de la historia, pero James puede ser el mejor jugador de la historia". LeBron no pudo sustraerse al revuelo que provocaron las declaraciones de Pippen. "No soy mejor que Jordan", afirmó quien ha sido dos veces MVP en las ocho temporadas que lleva en la NBA. "Jordan fue un jugador increíble. Todavía me queda un camino muy largo para compararme con los más grandes, no solo con Jordan". "Bueno, yo solo quise decir que LeBron está a tiempo de alcanzar la cima", matizó Pippen. El desafío inicial para LeBron, que ya jugó la final de 2007 con los Cavaliers y la perdió por 4-0 ante los Spurs de San Antonio, empieza ante Dallas, el equipo de Dirk Nowitzki, de Jason Kidd, de Jason Terry. Para Dallas, el desafío será desquitarse de la final de 2006 que perdió ante Miami.
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