"Esto solo lo permiten en Mónaco"

El Gran Premio de Mónaco goza de unos privilegios de los que no disfruta ninguna otra carrera del Mundial de fórmula 1. Es el que menos dinero paga a Bernie Ecclestone, el patrón, en concepto de tasa y, al tiempo, es el que resume mejor la idiosincrasia de este certamen tan exclusivo. Los coches, máquinas con 800 caballos de potencia que superan los 300 kilómetros por hora de velocidad, se retuercen por las calles de Montecarlo, convertidas en toboganes y rampas de lanzamiento. Disputar una prueba en estas condiciones es un desafío a la seguridad. Ayer se vio.

A falta de dos minutos y medio para que acabara la sesión cronometrada, Sergio Pérez salió del túnel a toda pastilla, pero un poco más abierto de lo habitual. Se comió un bache y perdió el control de su Sauber. El monoplaza, descontrolado, se fue hacia el guardarraíl derecho, al que golpeó con fuerza a más de 250 kilómetros por hora antes de salir rechazado hacia el muro de protección. Las asistencias llegaron de inmediato, pero tardaron más de 10 minutos en liberar al mexicano, que inmediatamente fue trasladado al hospital Princess Grace. Pérez no sufre ninguna lesión importante, pero pasó la noche en la clínica a la espera de que los médicos le dejen correr hoy (14.00, La Sexta y TV3). La ronda clasificatoria se interrumpió 35 minutos. Sebastian Vettel (Red Bull) consiguió su quinta pole de las seis del curso hasta ahora y Fernando Alonso (Ferrari) fue cuarto, batido también por Jenson Button (McLaren) y Mark Webber (Red Bull).

"Esa zona siempre ha sido así porque es una frenada. El problema es que la aerodinámica de estos coches hace que perdamos agarre", explicó Alonso. "Cuando llegas a ese tramo, te conviertes en un simple pasajero. No tienes control porque no hay adherencia. Es muy difícil hacer nada a nivel de seguridad", comentó Button. "Es un lugar muy peligroso. Llevamos mucho tiempo peleando contra esa barrera. Correr en estas condiciones estaría prohibido en otro sitio. Solo lo permiten aquí. Mónaco es Mónaco", ahondó Felipe Massa en una definición muy fiel de la prueba.