_
_
_
_
Entrevista:John Lydon | MÚSICA / PERFIL

Trabajos de amor de un punk

Sorpresas de un emblema del punk: "Me levanté expresamente, de madrugada en Los Ángeles, para ver la boda real británica por televisión". ¿Es este John Lydon (Londres, 1956) el mismo que se hacía llamar Johnny Rotten al frente de los Sex Pistols, cantaba "God save the Queen / she ain't no human being" (Dios salve a la reina / ella no es un ser humano) y sufría por ello hasta un apuñalamiento? "En los setenta, mis críticas tuvieron de verdad mérito. La institución debe marcharse, pero el amor de esos dos jóvenes va en serio", aventura Lydon. Y cuesta creerle domesticado, tras dos décadas de vida en California, ahora que revienta de intensidad las tablas con su otra banda, Public Image Limited (PiL). La reflotó a finales de 2009 y acaba de pasearla por la presente edición del festival Primavera Sound, a punto de concluir en Barcelona: "Quizá el periodo de mi trayectoria en el que más estoy disfrutando sobre el escenario. Los shows son como una fiesta rave o una misa sin la tontería de Dios", sentencia. Hay cosas que no cambian.

"No sólo antes, también soy iracundo ahora, no puedo evitar levantarme frente a la privación de derechos"

Otras desprenden ironía: por sugerir a Lydon una resurrección de PiL, supuestamente, se llevó varios golpes el vocalista de Bloc Party. Ocurrió en otro festival español, el Summercase de 2008, donde tocaron los Sex Pistols: "Yo nunca he metido las narices en la carrera de ningún músico. Encima la prensa lo vendió como un ataque racista, algo impensable en mi familia: mis nietos son medio jamaicanos", zanja Lydon. El goce de las nuevas giras de PiL estimuló un pequeño diario devenido en libro, Mr Rotten's scrapbook, compuesto por fotos inéditas de toda su vida y notas manuscritas. Ya lo dice el título: un íntimo álbum de recortes, con autoedición limitada. "Se me fue afinando la memoria, e incluso añadí dibujos. Todo un puzle existencial, una obra de amor". Y por amor a la música asegura el firmante de Anarchy in the UK haber protagonizado un discutido anuncio de mantequilla: "El dinero por promover en la tele ese producto, cada penique, sirvió para reformar PiL. Si los Sex Pistols son mi cuerpo y mi mente, a PiL lo llevo en el alma". Una banda infravalorada por inclasificable, aluvión de estilos mutantes, el kraut y el dub incluidos: "No encaja en ningún formato y existe hoy al margen de la industria. La falta de apoyo de Virgin me puso en un serio apuro financiero. Ahora tenemos en ciernes un nuevo disco y no he querido firmar con un sello antes de grabarlo. Y no sé si lo haré. Nada de injerencias del tipo 'por qué no escribes un hit'. ¡Llevo escribiéndolos toda la vida, aunque no parezcan percibirlo!".

Lo más próximo a un single de éxito para PiL lo representó This is not a love song en 1983. Una excepción. Y Lydon finge dar pistas sobre el inminente largo, el primero de estudio con la banda desde que la puso en barbecho hace casi cuatro lustros: "Saldrá antes de fin de año. Música combinada con literatura, como siempre, sin un estilo concreto por corte. PiL combina regímenes pop muy estrictos con riquísimas diversidades. Siempre abiertos a todo, de modo que en vivo las canciones se expanden y elevan".

Lydon insiste con la industria: "Obviamente, no le gusto porque expongo sin tapujos qué mierda de artistas promueven. De ahí lo de 'no le escuches, es un excéntrico". Y pasa a la prensa musical de su país: "Se comportan como pollos sin cabeza, tendiendo a hacer siempre lo mismo hasta morir". Y su amargura ("soy feliz, duermo sin remordimientos") apunta al semanal NME, que acaba de premiar su libro en sus galardones anuales, pero sin dejarle, según él, subir al escenario en la ceremonia. "Es increíble. 30 años de creación sólida, sin copiar a nadie, con casi todos copiándome, dolorosamente negados". Gigantesco concepto, además matizable: la discografía de PiL alcanza el sobresaliente en las tres primeras entregas; mediados los ochenta, devalúa el listón. Y su disco como solista, Psycho's path (1997), acarreó un fiasco. Aunque a Lydon, por su escapada de 1984 junto a Afrika Bambaataa, se le puede otorgar papel precursor en el rap-rock. Y sin duda, PiL abrió brecha original en el pospunk. "Pero hoy representa más que nunca la esencia del punk: la del 'hazlo tú mismo".

En Mr Rotten's scrapbook figura una foto del músico a los seis años, delante de las piezas de un puzle por completar. Está tomada en una escuela católica. Allí le había inscrito su familia de irlandeses emigrados a Londres. El germen de su perenne contencioso con la Iglesia: confiesa que nunca quiso ser niño del coro por temor a los abusos. "En la foto la sonrisa es falsa: las monjas nos pegaban para que la pusiéramos. En realidad, ya era un joven airado. Compuse Religion para los Pistols, pero mis compañeros no se decidieron y la publiqué ya con PiL".

Reflexiones sobre la ira: "Rebosa en las actuaciones de los Sex Pistols. No sólo antes, también soy iracundo ahora y, como provengo de la clase trabajadora, no puedo evitar levantarme frente a la privación de derechos. Cuando escribí Rise para PiL, sobre el apartheid, descubrí la ira como una energía que, bien canalizada, permite resultados gloriosos". Controversia habemus: Lydon desoyó las presiones para suspender un concierto en Tel Aviv el pasado verano. "Nosotros actuamos para la gente de Israel, no para su Gobierno. Y conseguir que 16.000 judíos corearan conmigo 'Alá, Alá'

[el estribillo de Four enclosed walls] supone mucho más para la paz que cualquier manifestación en Londres". La reciente muerte de su hijastra, líder de The Slits, otro grupo punk, contribuyó al retraso del nuevo disco. "Primó la humanidad. Pero cuando se tiene claro lo que se hace, el tiempo no es relevante, tampoco lo desconocido, ese lugar que siempre quiero explorar con PiL".

Mr Rotten's Scrapbook. John Lydon. 750 ejemplares. www.johnlydon.com

"Si los Sex Pistols son mi cuerpo y mi mente, a PiL lo llevo en el alma", asegura John Lydon.
"Si los Sex Pistols son mi cuerpo y mi mente, a PiL lo llevo en el alma", asegura John Lydon.PWA / CORDON PRESS PAUL HARRIS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_