El último monólogo de Oprah

Después de 25 años en antena, The Oprah Winfrey show (El programa de Oprah Winfrey) ya es historia. El miércoles se despidió de sus fieles seguidores la periodista que definió las tardes televisivas de las cadenas generalistas de EE UU y, por imitación, de todo el mundo. Lo hizo con un gran monólogo, en solitario, con una sobriedad que contrasta con un largo historial de 4.561 emisiones en la sobremesa en las que hubo confesiones, llantos, risas y escándalos de todo calado. En su cima, Winfrey logró, con una entrevista a Michael Jackson en 1993, 62 millones de espectadores. Después, las audiencias fueron cayendo, solo para remontar en su anunciada temporada final.

Winfrey, de 57 años, desgranó a lo largo de una hora los recuerdos que considera más emotivos. Como aquella ocasión, en 1986, en que confesó que habían abusado de ella de niña; la revelación, el año pasado, de que tenía una hermana secreta; o la catarsis de 1988, cuando vertió ante las cámaras 30 kilos de grasa, los que había perdido tras una dura dieta. Entre el público, numerosos famosos, como su amiga Maria Shriver, separada ya de Arnold Schwarzenegger. Ninguno tomó la palabra. Era el gran día de Oprah.

Desde 1976, la periodista ha entrevistado a 30.000 personas. Por su plató han pasado cinco presidentes (le faltó Ronald Reagan); Ellen DeGeneres confesó en 1997 que era lesbiana y Tom Cruise proclamó su amor por Katie Holmes a saltos en 2005. Y, a veces, sorprendía a los espectadores invitados en el estudio con regalos. En 2004, por ejemplo, sorteó 276 coches Pontiac. El estudio fue también un púlpito desde donde ejerció un poder hasta entonces inusitado. En 1996 creó un escándalo nacional al decir que no comería hamburguesas por el temor al llamado mal de las vacas locas. Aquello hizo descender las ventas de carne y, según los productores, provocó pérdidas de 11 millones de dólares (7,8 millones de euros). La denunciaron por ello, sin éxito. Y la sola recomendación de un libro colocaba a su autor inmediatamente en las listas de éxitos de ventas.

Winfrey se ha ido de su show -que se emitía en todo el país a través de diversas emisoras- no para jubilarse, sino para centrarse en su cadena, The Oprah Winfrey Network, que sustituyó al canal de salud Discovery Health en enero pasado. Es probable que la presentadora, especialista en historias de superación ante la adversidad, deba ahora aplicar las lecciones aprendidas a su nueva empresa. Los inicios han sido complicados. No ha conseguido ningún éxito claro de audiencia, pasando de una media de 500.000 espectadores en enero a 135.000. A tan sólo medio año de su estreno, ya ha anunciado que someterá al canal a una renovación integral.