Al PSOE de Sevilla le fallan sus graneros

Lo primero que hizo ayer por la mañana Juan Ignacio Zoido fue coger un taxi hacia Su Eminencia, un barrio obrero, alejado del centro y al que nunca llegan los turistas. El próximo alcalde se reunió allí con Juan Gallardo, el locuaz tendero que ha protagonizado el vídeo de campaña del PP sevillano. Treinta segundos en los que Gallardo relataba a Loli, una supuesta clienta y vecina, por qué él, presuntamente socialista, se había hecho zoidista. A la vista de los resultados, el cambio de bando de Gallardo se ha repetido a lo largo de la ciudad, sobre todo en esos barrios que hasta ahora el PSOE creía terreno dominado.

Los socialistas solo han ganado en dos de los 11 distritos de la capital: Cerro-Amate y Macarena Norte. Pero hasta en estos han perdido miles de adeptos, que esta vez han optado por el PP. Los analistas dirán si ha sido un voto de castigo o de desesperación, el caso es que el PSOE se ha dejado en Cerro-Amate (donde está el barrio del tendero-actor) 4.451 votos. Y casi 4.000 (3.917) han ido a parar al PP. IU ha sacado casi 500 papeletas más que en las anteriores elecciones y UPyD ha arañado 961.

Menos exagerada ha sido la sangría en Macarena Norte, el otro distrito que mantiene el PSOE. Ha perdido solo 2.375 votos, pero el PP ha ganado casi 5.000, lo que indica que los populares se han llevado los beneficios del aumento de participación (seis puntos más alta que en 2007 en este distrito).

La evidencia de que el incremento de votantes ha beneficiado, contra pronóstico, al PP es una de las conclusiones más claras que han dejado las elecciones y sobre la que el PSOE tendrá que reflexionar más. El error de percepción ha sido garrafal: los socialistas estaban convencidos de que todos los que se quedaron en casa en 2007 eran votantes suyos. Así que se han dedicado a movilizarles para que esta vez fueran a las urnas. Y han ido, pero han cogido la papeleta del PP.

Bien es cierto que esta ecuación de a más votantes, mejor para el PSOE, no era exclusiva de los socialistas, sino que hasta muchos populares la creían real. Pero el error del PSOE ha tenido consecuencias mucho más graves porque el candidato, Juan Espadas, ha focalizado sus 15 días de campaña electoral en solo cinco distritos, aquellos en los que los socialistas creían tener su feudo (Cerro-Amate, Macarena y Macarena Norte, Este-Alcosa y San Pablo-Santa Justa), una decisión que a la vista de los resultados parece fallida. Según Espadas, se tomó porque estas zonas son las que más necesidades arrastran. Pero en la estrategia de campaña pesó, sobre todo, la creencia de que era en estos barrios en los únicos en los que podían arañar votos. Y muchos, según pensaban.

En estos distritos, el PSOE obtuvo de media en 2007 un apoyo del 51,8%, pero la abstención fue del 49,8%. El objetivo ha sido movilizar, al menos, a los 80.000 votantes que apoyaron al PSOE en las generales y autonómicas de 2008, pero que en el 2007 se quedaron en su casa. El plan no ha podido salir peor.

De esos cinco distritos, el PSOE ha perdido tres: Macarena, Este-Alcosa y San Pablo-Santa Justa. En los tres, el trasvase de votos al PP es casi matemático. El paradigma de la estrategia fallida ha sido San Pablo-Santa Justa, donde de tanto llamar a la movilización la participación ha crecido casi en 17 puntos (16,69%). Pero el PP ha ganado 3.000 y el PSOE se ha dejado otros tantos.

Y mientras Espadas se centraba en cinco distritos, los otros seis quedaban expeditos para que Zoido hiciera campaña sin rival. Ha sido fácil ampliar la distancia con los socialistas. En los barrios donde ganaba el PP pero el PSOE se mantenía a una distancia salvable (Bellavista-La Palmera, Sur y Triana), la brecha se ha duplicado. Y en los tres que los populares ya dominaban con soltura (Nervión, Casco Antiguo y Los Remedios), la victoria popular ha sido por aplastamiento y con una participación superior al 70%. El PSOE, con una coyuntura nacional adversa y el desgaste de 12 años de gobierno, no podía permitirse tantos errores no forzados.