Lorca vota PP entre grietas

Con una ciudad llena de escombros y miles de ciudadanos buscando medios para reconstruir sus viviendas tras los terremotos, votar no parecía ayer una prioridad en Lorca. Sin embargo, en contra de lo que pensaban los políticos, los ciudadanos se lanzaron a las urnas para apoyar en masa al PP que incrementó su representación en tres concejales para arrasar con 16. Lo hizo a costa del PSOE, que pierde tres ediles y se queda con siete. IU conserva los dos que tenía. Francisco Jódar, proyectado por los medios como uno de los líderes en la ayuda a los perjudicados por el temblor, repetirá como alcalde.

Con el resultado ya cerrado, Jódar salió de su despacho en la sede del PP y se dirigió a los militantes. "Aunque la alegría es grande, me gustaría que fuese plena", dijo a un público entregado. "Eso no puede ser así porque solo pensar en que hay miles de lorquinos que siguen fuera de sus casas, hace que esté empañada".

Antes del seísmo, el PSOE confiaba en recuperar la alcaldía, que tuvo hasta 2007

La abstención cae solo 1,5 puntos pese a que muchos lorquinos se han ido

Después, el alcalde (cuya lista consiguió el 59,9% de los votos) se comprometió "a trabajar con ahínco para sacar a Lorca de las circunstancias del terremoto y del paro" y aseguró que contactará con el resto de fuerzas políticas "para pedirles apoyo y ayuda". "Cuento con todos", aseguró. Después, los militantes lo sacaron a hombros de la sede entre gritos de "¡alcalde, alcalde!".

El reparto de concejales tras las pasadas municipales fue muy ajustado. El PP, con el alcalde Jódar a la cabeza, obtuvo entonces 13, el PSOE 10, e Izquierda Unida 2. Hasta el terremoto, el candidato socialista, Manuel Soler, tenía la esperanza de que la pelea fuera reñida. "Un solo concejal podría desequilibrar la balanza a favor de la izquierda", afirmaba el pasado viernes Soler, dando por sentado el pacto con IU. El PP se aspiraba a alcanzar los 15 ediles, dos por encima de la mayoría absoluta. Su predicción se quedó corta.

Pero tras el temblor, Soler temía una fuerte abstención que podría perjudicarle. Aparte de los que han abandonado la ciudad, "muchas personas se encuentran desmotivadas debido a la gran ansiedad que han sufrido estos días", afirmaba. Son aquellos que han perdido sus casas o tienen que acometer grandes reformas en ellas.

La mayoría del censo está inmerso en un mar de papeles de créditos, ayudas y citas con los peritos del Consorcio de Compensación de Seguros para valorar los daños... En algunos casos, incluso han asistido a la demolición de sus pisos. Después de una semana de angustia y burocracia, parecía que el voto no iba a estar entre sus principales preocupaciones, aunque finalmente no hubo una caída drástica de participación.

Tras el terremoto, los principales partidos pactaron aparcar la campaña en el centro de la ciudad, la parte más dañada, y suspender actos y mítines salvo el reparto de propaganda en las pedanías, en las que no se produjeron apenas daños.

La tragedia, indirectamente y sin quererlo, ha beneficiado al alcalde, cuya imagen se ha proyectado en toda España. Desde que la tierra sacudió Lorca, Jódar ha sido reclamado por los medios de comunicación nacionales y locales para dar información del seísmo y del dispositivo organizado por el Estado, la Comunidad y el municipio. Para muchos, se ha convertido en un héroe.

"En situaciones como esta todo el mundo cierra filas con las instituciones", explican resignados desde el PSOE murciano, que recuerdan cómo los otros candidatos, al no ocupar puestos directivos en el Ayuntamiento, no han gozado de la misma visibilidad. Jódar negó ayer tras votar que partiera con ventaja: "La gente es lo bastante madura para valorar el trabajo del Ayuntamiento en los últimos cuatro años y no solo la realizada durante estos duros acontecimientos".

Salvo en el barrio de La Viña, el más afectado de la ciudad, la mayoría de los votantes consultados aseguraban que no habían cambiado su voto tras la tragedia. Sí lo ha hecho Manuel López, que en las pasadas elecciones apoyó al PP. "Los técnicos nos han dicho que nuestro edificio hay que tirarlo, pero el Ayuntamiento no firma la orden de demolición. Solo queremos que lo tiren para empezar de nuevo", afirma este funcionario de la Comunidad, que ha dejado todo en su casa de este barrio, en el que ha vivido 30 años.

Salvador Soler, camarero en paro cuya casa también tiene daños estructurales, se inclinó sin embargo por Jódar. "Ahora que el Gobierno ha prometido las ayudas, necesitamos un alcalde del PP que les meta caña para que no se olviden de nosotros", afirma Soler, que va de casa en casa de cada uno de sus cinco hermanos desde el seísmo.

El colegio electoral de La Viña fue, paradójicamente, uno de los pocos sin desperfectos y pudo albergar mesas, urnas y cabinas. Junto a otros cuatro, sin embargo, hubo que instalar carpas desmontables. La comisaría, como en todos los comicios, abrió para expedir el DNI a quien no lo tuviera, pero ayer dobló el personal. Hasta la media tarde, 45 personas lo habían solicitado. La mayoría lo dejó en casa tras la sacudida y no pudo volver a recogerlo. Un punto rojo en la fachada se lo impedía.