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Elecciones municipales y autonómicas

El PP de Camps gana pero pierde fuelle

Fuerte retroceso socialista a favor de Esquerra Unida y Compromís- Los socialistas sufren su peor derrota de toda la historia autonómica

La hegemonía del PP se prolonga en la Comunidad Valenciana sin que la carga de corrupción que arrastran el partido y su presidente, Francisco Camps, le haya puesto freno. Inserta en una gran ola que ha barrido la geografía española desde la derecha en estas elecciones municipales y autonómicas, la victoria de los populares valencianos se fundamentó ayer en el cierre de filas de su electorado alrededor del mensaje de castigar al socialista José Luis Rodríguez Zapatero, pese a su anuncio de no presentarse a la reelección. Así, un electorado muy motivado ante la perspectiva de aupar a Mariano Rajoy a la presidencia del Gobierno de España el año que viene ha prescindido de consideraciones morales y ha dejado la factura de la corrupción para otro momento. Pese a ello, el PP de Camps ha cedido cuatro puntos, aunque aumenta un escaño. Además, una figura clave de los populares como la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, retrocede en votos y pierde un concejal. La sólida base electoral del PP pierde fuelle.

El bipartidismo desaparece del Ayuntamiento de Valencia
El PSPV pierde Elche y Gandia, pero puede gobernar en Alcoi y Orihuela
Camps: "El pasado no tiene valor, solo me importa el futuro"
Alfonso Rus ponía cara de susto, mantiene Xàtiva por los pelos
En el trasfondo de la jornada estaban las reivindicaciones del 15-M

Planteadas como la antesala de un cambio de signo político en España que el PP espera desde que en 2004 perdió de manera inesperada el poder, las elecciones del 22 de mayo han otorgado a Camps el mejor de los escenarios para mantenerse en la presidencia de la Generalitat, aun con el desgaste que su implicación personal en el denominado caso Gürtel le acarrea. Anoche mismo, Camps dejó claro, mientras lo aclamaban sus seguidores, que va a esgrimir esta victoria electoral, la tercera de su ejecutoria entre las cinco que acumula el PP en las autonómicas, como una prueba de descargo ante sus inminentes peripecias judiciales.

La ola de descontento sobre la que ha navegado la victoria del PP, alimentada por los efectos de la crisis económica y las políticas de ajuste que ha tenido que asumir el Ejecutivo central, ha barrido a los socialistas a mínimos históricos en toda España y también en la Comunidad Valenciana. Jorge Alarte no ha logrado parar el ciclón y ve cómo el PSPV-PSOE pierde seis puntos, cinco diputados y ciudades emblemáticas como Elche y Gandia. Su esfuerzo por llevar el debate político al terreno de los asuntos propiamente valencianos se ha estrellado ante la simplicidad del mensaje de los populares: votar contra Zapatero.

Apuntaban las encuestas que la única formación beneficiaria, en la izquierda, de la ola de descontento iba a ser Esquerra Unida del País Valencià. Algo que también enlaza con una tendencia general a escala española. En efecto, la organización que lidera Marga Sanz restablecerá su presencia en las Cortes Valencianas. Sin embargo, la gran sorpresa es la Coalició Compromís. La opción que encabeza Enric Morera irrumpe en la Cámara como tercera fuerza y también en el Ayuntamiento de Valencia. Para ello, no solo supera el 5% sino que penetra en caladeros de voto urbano en los que hasta ahora lo había tenido muy complicado."No por esperados son menos dolorosos", dijo anoche de los resultados en Valencia, en otros municipios valencianos y en el conjunto de España, Joan Calabuig, el candidato a la alcaldía por el PSOE, que pasó de 12 a 8 concejales. No fue el único que retrocedió. Para sorpresa de muchos, la alcaldesa del PP, Rita Barberá, aunque por encima del 50%, cedió más de tres puntos y perdió un concejal. Es la primera vez que ocurre desde 1995. Y lo hace en pleno tsunami del PP en la Península, lo que revela la singularidad de la situación política valenciana.

Además, el Ayuntamiento de Valencia deja de ser bipartidista y estrena una composición multicolor inédita en su composición. Irrumpe en el hemiciclo municipal como tercera fuera política la Coalició Compromís que lidera Joan Ribó, con tres concejales, y también entra Esquerra Unida del País Valencià, que con Amadeu Sanchis de cabeza de lista obtiene dos ediles.

La irrupción de Compromís fue la gran novedad de ayer también en los comicios autonómicos. El grupo que formaban Enric Morera, Mònica Oltra, Josep Maria Pañella y Mireia Mollà en la pasada legislatura, tras la ruptura de la coalición con Esquerra Unida, crece hasta los seis diputados y logra un 7% de los votos. Mientras tanto, la formación que lidera Marga Sanz se sitúa en cuarta posición con cerca de un 6% de los votos y cinco diputados. En la sede de Esquerra Unida, el portavoz y ahora diputado Ignacio Blanco dijo que los resultados se sitúan en la horquilla de lo que esperaban. Sobre el hecho de que Compromís les haya arrebatado la posición como tercera fuerza, Blanco lo atribuyó al hundimiento del PSPV-PSOE.

El gran éxito de Compromís se fundamenta, sin ninguna duda, en la circunscripción de Valencia, y singularmente en la ciudad, donde Ribó ha conseguido el efecto de arrastre del electorado de izquierda que perseguía su designación. En pleno desangramiento de los socialistas, la candidatura de Ribó ha cosechado un 9% de los votos, mientras la candidatura autonómica lograba prácticamente el mismo porcentaje. Compromís tendrá representantes en las Diputaciones de Valencia y Castellón.

"Trabajaremos para hacer políticas progresistas allí donde nuestra presencia sea decisiva", dijo anoche Enric Morera, quien añadió que ayer se dio el primer paso para consolidar el cambio en 2015 en la Comunidad Valenciana. Por su parte, Mònica Oltra, que ha dado la cara en el combate a la corrupción en las Cortes, afirmó contundente: "Desde mañana trabajaremos para echar a los políticos corruptos y a los gobiernos de derechas".

La debacle de los socialistas fue inapelable. Arrasados en España de sus feudos más tradicionales, en la Comunidad Valenciana no han podido resistir la dinámica y fueron víctimas ayer de la peor derrota de toda la historia de la política autonómica valenciana. De poco consuelo sirve que su porcentaje esté por encima de la media española. La nueva composición de las Cortes Valencianas, con dos grupos a la izquierda del PSPV-PSOE que representan a un 13% del electorado, obligará a Jorge Alarte a tomar decisiones de envergadura para resituar a la principal fuerza de la oposición. Anoche confirmó que tiene la intención de asumir ese trabajo. En una comparecencia en la sede de los socialistas valencianos, en la calle de Blanqueries, reconoció que su partido ha recibido un duro revés pero anunció: "Tengo la intención de seguir trabajando". Con ello confirmaba que no dimitirá ni abrirá una crisis en la organización.

En las filas socialistas escoció la pérdida de seis diputados, pero también de ayuntamientos como Elche o Gandia, gobernados hasta ahora por Alejandro Soler y José Manuel Orengo, dos figuras de referencia en el partido. Especialmente preocupante es la deserción del voto urbano en las tres capitales. El PSPV-PSOE retrocede en los ayuntamientos de Valencia, Castellón y Alicante. Frente a ello, la conquista de ciudades medias como Ontinyent o Alcoi gracias a pactos con la izquierda, apunta al papel que en el futuro desempeñarán jóvenes dirigentes de la "generación Alarte". Mención aparte merece la posibilidad de arrebatar la alcaldía de Orihuela al PP mediante pactos. Sería poner una pica en el territorio de la corrupción por antonomasia.

"El PSOE se ha desplomado", gritó Rita Barberá en la celebración de los resultados que los populares organizaron en Valencia, una fiesta con menos asistencia y menos entusiasmo que otras veces. Por su parte, Francisco Camps destacó que "nunca en la historia había habido tanta diferencia de diputados autonómicos entre el PP y el primer partido de la oposición". El dirigente del PP reivindicó su gestión de estos últimos años y dijo que tiene intención de seguir como presidente "con más ganas". Tras aludir a que la severa derrota socialista es "una clara señal de cambio a nivel nacional" que despeja el camino de Rajoy hacia la Moncloa, citó las ciudades de Elche y Gandia como trofeos conquistados en las elecciones.

"Vamos a trabajar a favor de los cinco millones de ciudadanos que tiene esta Comunidad", dijo Camps. "El pasado no tiene valor", añadió. "Sólo me importa el futuro". Un futuro que, a nadie se le escapa, le depara citas judiciales bastante comprometidas relacionadas con los casos de corrupción que han jalonado su ejecutoria al frente del Consell. Entre los populares emergían ayer dos figuras: el alcalde de Castellón, Alberto Fabra, y la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo. Ambos lograron unas victorias amplias y ensancharon las mayorías absolutas de las que ya disponía el PP. Alfonso Rus, en cambio, ponía cara de susto. No era para menos, ya que el presidente de la Diputación de Valencia salvó por poco ayer la alcaldía de Xàtiva.

En el trasfondo de la jornada electoral estaban las concentraciones y reivindicaciones del Movimiento del 15 de Mayo por unja democracia real. Es difícil hacer un análisis de su influencia sobre unas elecciones que han vuelto a arrojar una mayoría de la derecha en las instituciones valencianas. Sin embargo, es posible que parte del éxito de Compromís, una coalición muy activa en las redes sociales y en Internete, de donde surgió también el Movimiento 15-M, pueda explicarse por la opción de una parte de los "indignados" por el voto hacia alternativas políticas minoritarias, con la intención de castigar a los dos grandes partidos.

La Coalició Compromís dio muestras de entender que así han ido las cosas, ya que anunció anoche que su primera iniciativa en la Cámara autonómica será una reforma electoral que abra la participación de los partidos a los ciudadanos y rompa las barreras actuales. Su líder en Valencia, Joan Ribó, que considera que el Movimiento del 15-M ha tenido mucho que ver con su victoria de ayer, dijo: "El primer trabajo que haremos será mejorar la participación de la gente que ha estado en la plaza, que quiere que hagamos una democracia real. Vamos a influir para que esto sea posible".

Francisco Camps, ayer, al votar en el instituto Lluís Vives, en Valencia.
Francisco Camps, ayer, al votar en el instituto Lluís Vives, en Valencia.CARLES FRANCESC

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