El batacazo del PSC da alas a CiU y PxC
El descalabro del Partit dels Socialistes en muchas capitales de comarca de Barcelona ha dado alas a Convergència i Unió, que ha protagonizado un vuelco en las urnas en municipios donde, hasta ahora, no gobernaba. Los nacionalistas también han consolidado sus dominios. El batacazo electoral de los socialistas ha tenido un segundo efecto: ha engordado a la xenófoba Plataforma per Catalunya, que refuerza su presencia y consigue entrar en Ayuntamientos donde hace cuatro años no tenía ni un solo concejal.
Uno de los golpes más duros se lo ha llevado el PSC en Igualada, la capital de Anoia. Marc Castells, candidato de CiU por segunda vez, casi ha duplicado sus resultados (pasa de 6 a 10 ediles) gracias, en parte, a la ruptura del pacto entre PSC e Iniciativa, que hace cuatro años concurrieron conjuntamente como Entesa por Igualada y ganaron la alcaldía para Jordi Aymamí. Plataforma se colará en el Consistorio con un concejal.
En Vilanova i la Geltrú (Garraf) el PSC ha cedido la ligera ventaja que obtuvo sobre CiU hace cuatro años. La alcaldable nacionalista, Neus Lloveras, se ha impuesto con nueve concejales frente a los ocho de los socialistas. El PP y las CUP suman, cada uno, tres concejales, mientras que Iniciativa queda como última fuerza política local, con dos ediles. En Torelló, CiU también le ha arrebatado la primera posición al PSC.
CiU se consolida, además, como primera fuerza en capitales de comarca del interior de Cataluña. Es el caso de Manresa, gobernada hasta ahora por el tripartito de PSC, Esquerra e Iniciativa. El alcalde, el socialista Josep Camprubí, se ha dejado por el camino cuatro concejales, la mitad de los obtenidos en los anteriores comicios locales. El candidato de CiU, Valentí Junyent, de 45 años y vinculado al mundo del deporte (fue director de arbitraje de la ACB hasta el año pasado) mejora los resultados de la coalición, que salta de 8 a 11 concejales y se queda cerca de la mayoría absoluta. Una vez más, PxC da un salto y pasa de uno a dos concejales.
Juli Gendrau, que optaba a la reelección, seguirá siendo alcalde de Berga (Berguedà) gracias a los nueve concejales que ha cosechado, dos más que en 2007. En campaña, aseguró que el objetivo de su mandato sería sanear las finanzas municipales, que están al borde del colapso. La candidata del PSC, Encarna Sánchez, pierde los dos concejales que gana CiU. Sánchez, que fue concejal de educación en un anterior mandato, lamentó que el alcalde obtuvo réditos electorales por las inversiones hechas en el municipio por el tripartito.
En Vic (Osona) las cosas siguen más o menos como estaban, aunque con una Plataforma más vigorosa que nunca y consolidada como segunda fuerza. Josep Anglada sigue haciéndose fuerte en el municipio que vio nacer su propuesta política, a pesar del aislamiento al que le han sometido el resto de partidos con representación.
El alcalde, Josep Maria Vila d'Abadal (Unió Democràtica de Catalunya) obtiene idéntico resultado al de 2007 (ocho concejales) después de un mandato en el que se ha acercado a las posiciones de Plataforma para, paradójicamente, cerrarles el paso. Vila d'Abadal propuso, por ejemplo, negar a los inmigrantes sin papeles la posibilidad de empadronarse.
En Manlleu, Esquerra Republicana ha cosechado una de las poquísimas alegrías de la noche electoral y revalidó su victoria, aunque perdió un concejal. CiU obtuvo el segundo lugar y el partido de Anglada se convirtió en la tercera fuerza por encima de los socialistas. El PSC ha ganado en Sant Pere de Ribes y en Sitges, como ya hizo hace cuatro años, pero en el ínterin ha perdido un buen puñado de votos.
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