La derecha se impone en Tarragona
La derecha se impone en Tarragona. La candidata de Convergència i Unió, Victòria Forns, y el alcaldable del Partido Popular, Alejandro Fernández, suman la mayoría necesaria para sellar un pacto de gobierno y relegar a Josep Fèlix Ballesteros (PSC) a la oposición. Pese a ser la fuerza más votada, Ballesteros se queda con 12 concejales, a 2 de la mayoría absoluta, y pierde a Esquerra Republicana, su socio de gobierno durante estos últimos cuatro años.
El líder republicano, Sergi de los Ríos, sufre uno de los mayores descalabros, al no conseguir ni el 5% de los votos, con lo que no logra los dos concejales de la legislatura pasada. En cambio, Iniciativa per Catalunya recupera un concejal en la localidad. Pese a ello, la suma de las dos fuerzas de la izquierda no es suficiente para derribar la oleada de votos que cosechó la derecha.
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El escenario está abierto, ya que Ballesteros no descarta ningún pacto de gobierno: "Abriré conversaciones con todos los grupos municipales, empezando por la segunda fuerza más votada", afirmó en su sede electoral. Sin embargo, Ballesteros se despidió de sus simpatizantes con una frase significativa: "Que continúe la fiesta y hasta siempre". Durante toda la campaña ningún líder del aparato socialista acudió a Tarragona para brindarle públicamente su apoyo, y él se desmarcó de las filas de partido admitiendo que la marca PSC solo podría perjudicarle. Además, se había postulado en numerosas ocasiones para liderar la renovación del PSC.
La posibilidad de un pacto entre CiU i PP en Tarragona había sobrevolado durante toda la campaña electoral. Pero fue el secretario general de Convergència i Unió, Josep Antoni Duran Lleida, quien lo expresó sin tapujos en uno de los últimos mítines. El convergente instó a pensar "más allá de la ciudad y en clave de partido", y animó a Forns a sellar un pacto con los populares "sin tapujos". En aquel momento Forns, que se ha presentado por primera vez a las elecciones, no llegó a admitirlo. Pero de puertas hacia adentro, se especula incluso con que CiU y PP ya se habrían repartido la alcaldía. El PP pasa de cuatro a siete concejales, en un resultado histórico para los populares. CiU y PP ya gobernaron en Tarragona durante dos mandatos consecutivos, del 1999 al 2007.
Tarragona tiene una deuda que supera el 107% de sus ingresos. Por tanto, quien asuma la alcaldía deberá hacerse cargo del segundo Ayuntamiento más endeudado de Cataluña; el primero es Manresa. Aun así, el Consistorio tarraconense no supera el límite del 120% que el Ministerio de Economía fija como tope y es, además, uno de los que Ayuntamientos que más ha reducido su presupuesto. Concretamente, en el 20%.
En la provincia de Tarragona también se impone la derecha. En Reus, la victoria de Carles Pellicer, candidato de CiU, ha acabado con uno de los feudos socialistas más sólidos. El PSC había llevado el timón de la ciudad durante 32 años con distintas alianzas. En Tortosa, Ferran Bel, de CiU, ha logrado la mayoría absoluta que ya pronosticaban todas las encuestas. Y lo mismo ocurre en Valls, capital del Alt Camp. Socialistas y convergentes habían gobernado la localidad durante estos últimos cuatro años, pero Albert Batet ha alcanzado la mayoría absoluta. En El Vendrell Martí Carnicer (PSC) y antiguo número dos de Antoni Castells, gana las elecciones y desbanca a Benet Jané (CiU). Pero tendrá que pactar para llegar a la alcaldía. Además, Plataforma per Catalunya pasa de cuatro a cinco concejales, con lo que la formación de discurso xenófobo podría ser clave en el futuro gobierno municipal.
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