Final de trayecto para los socialistas como el partido de los Ayuntamientos
Final de trayecto para el PSC tras 32 años de hegemonía municipal en Cataluña. Por primera vez desde que hay democracia los socialistas catalanes dejaron ayer de ser la fuerza más votada en unas elecciones municipales y obtuvieron el peor resultado de su historia, siguiendo la caída en picado iniciada en las autonómicas del 28 de noviembre. La desolación y el ambiente de derrota que se respiraban anoche en la sede del PSC evidenciaba el estado de desconcierto en el que están inmersos los socialistas catalanes desde hace meses, con un partido que aparece ante la sociedad sin rumbo, a la espera del congreso de octubre.
Pasadas las 23.10 horas compareció en público José Montilla, el primer secretario del partido, acompañado del todavía alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, que lo había hecho media hora antes. A Montilla le acompañaban también el portavoz del partido, Miquel Iceta, y el secretario de organización, José Zaragoza, sus fieles escuderos y a los que desde algunos sectores del partido se les ha pedido que sigan el camino del líder y dejen el partido tras el cónclave socialista. "El PSC ha sufrido una derrota, pero no está derrotado", dijo Montilla, quien admitió sin ambages: "la realidad es dura, seamos sinceros".
Montilla dice que el PSC "ha sufrido una derrota, pero no está derrotado"
A la hora de buscar explicaciones, el líder socialista dijo que la ciudadanía ha mostrado su "malestar general", en lugar de valorar más a un candidato o a otro. En ese sentido, hizo un guiño a los acampados en las diversas ciudades españolas y dijo que es necesaria "una llamada a la regeneración de la política" y a realizar una alianza con "aquellos que creen que otro mundo es posible". Será un proceso "difícil, exigente", dijo Montilla, en el que habrá que hacer "los cambios que hagan falta" en la organización del partido.
Todo un aviso para navegantes ante el congreso, que Montilla explicitó todavía más, dentro de su habitual hermetismo, aseguró que esa regeneración y cambio se construirá desde el apoyo que siguen teniendo los socialistas en los Ayuntamientos. En este escenario, las elecciones de ayer confirmaron al alcalde de Lleida, Àngel Ros, como el valor más en alza dentro de los socialistas catalanes. Ros fue uno de los alcaldes que antes de las elecciones se postularon para dirigir el partido, y el que ha obtenido el mejor resultado electoral, pues podrá gobernar en su Ayuntamiento con 15 concejales de un total de 27. Queda por ver si su liderazgo en el PSC se limita a ser el cartel electoral para las autonómicas de 2014, como se está barajando ya en algunos sectores del partido o si, además, se alza con el cargo de primer secretario, una opción que no se ve con buenos ojos por la actual dirección, más inclinada a reservar esa plaza para Miquel Iceta.
Otros aspirantes a suceder a Montilla, como el alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, parecen haber quedado fuera de esa batalla tras obtener peores resultados que Ros. El alcalde de Sabadell, Manuel Bustos, también deberá ser tenido en cuenta a la hora de configurar la nueva dirección, pues no solo mantiene el tipo en unas elecciones de retroceso general para los socialistas, sino que pasa de mayoría simple a absoluta. Con todo, Bustos ha expresado en las últimas semanas su deseo de centrarse en la alcaldía de Sabadell y en la Federación de Municipios de Cataluña que preside.
"Los cargos y las instituciones no son de los políticos. Todas las representaciones son provisionales y los ciudadanos escogen cada cuatro años", recordó ayer Montilla, seguramente para desterrar un sentimiento de patrimonialización de los Ayuntamientos que ayer se acabó para el PSC.
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