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PATÉ DE CAMPAÑA | Elecciones municipales
Columna
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En la azotea de la ciudad

Menos mal que no nos pillaron los inspectores de la Junta Electoral Central. Porque si consideraron que la concentración de la plaza de Catalunya era una peligrosísima campaña encubierta en día de reflexión, ¿qué habrían pensado de esos cinco señores subidos a una tarima en la azotea del castillo de Montjuïc? ¿Que se dedicaban habitualmente a tan singular actividad en sus mañanas de sábado, sin que eso tuviera relación alguna con la votación de hoy? Costaba pensarlo, porque los candidatos disfrutaban de la situación como si fuera la primera vez que se veían allí. De hecho, lo era. Portabella comentaba que no había puesto los pies en el interior del castillo desde hacía 25 años: es decir, desde que en el patio de armas lucía la estatua ecuestre del tripudo paticorto, según lo retrató Josep Viladomat. Hereu, por su parte, se abandonaba al aventi. Allí había hecho guardias de la mili en 1990, protegiendo las antenas militares -ahora ya no son militares, pero siguen siendo antenas: mucho no se ha ganado- de quién sabe qué extraño ataque enemigo.

Los candidatos fueron puntuales. A las once de la mañana ya estaban todos allí. Antes, para otras portadas, se habían pasado ya por la Sagrada Familia, la plaza de Sant Jaume y el teatro Tívoli. Una pesadez, consideraba Trias, lo mejor sería quedar en un punto y que cada cual sacara su foto, en plan pool. Pero hay tradiciones que parecen inmutables, así les pese a los de la plaza de Catalunya. Ahí estaban pues los candidatos, ora mirando a cámara, ora a la ciudad, de espaldas al objetivo. Unos turistas seguían con curiosidad los giros. "We are not mad people!", trataba de tranquilizarles el alcalde, aunque es posible que por el volumen de voz utilizado solo consiguiera que la curiosidad se volviera inquietud.

Estaría bien sacar a los candidatos de espaldas. Así, si la Junta Electoral Central considerara que estaban haciendo campaña fuera de plazo, siempre cabría negar que fueran ellos. Nunca se sabe por dónde pueden salirte unos y otros.

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