IU arriesga el bastión rojo de Córdoba

Al filo de concluir una campaña optimista, la caravana de IU llegó ayer a la ciudad que puede empañar su alegría. Córdoba, su bastión desde 1979, única capital de provincia donde ocupan la alcaldía, podría pasar a manos del PP en estos comicios. Sería el broche de luto al mazazo que supuso hace dos años la marcha de Rosa Aguilar, la figura probablemente más popular de IU, que fichó por un gobierno del PSOE -primero el andaluz, luego el de José Luis Rodríguez Zapatero- tras una década como alcaldesa del califato rojo.

Estas son las primeras municipales de IU pos-Rosa. Pero ese no es el dato que más preocupa a los estrategas de la formación. Lo principal, dicen, es ver qué pasará con el PSOE. "Si se desploma, se acabó el gobierno de izquierdas", explican. Eso sin contar con la posibilidad de que IU baje también. Porque en Córdoba la fuerza más votada es el PP, que ya gobernó entre 1995 y 1999 y que en 2007 se quedó a un palmo de la mayoría absoluta. Los populares obtuvieron 14 concejales; los 11 de IU y los cuatro del PSOE formaron Gobierno, pero por los pelos.

Es la única capital de provincia en la que está al frente del Ayuntamiento

Y hay otro factor imprevisible. Concurre por primera vez, como cabeza de lista de Unión Cordobesa, Rafael Gómez, alias Sandokán, empresario de la construcción imputado en el caso Malaya, multado por el Ayuntamiento de Córdoba por construir naves sin licencia, que hace campaña prometiendo pisos baratos y puestos de trabajo y a quienes muchos ven como un remedo de Jesús Gil. Algunas encuestas dicen que podría entrar en el Consistorio, incluso con fuerza, obteniendo los votos en los barrios más pobres. Y convertirse en llave.

Tras la inesperada marcha de Aguilar en abril de 2009, al frente del Ayuntamiento quedó su número dos, Andrés Ocaña, que va ahora de cabeza de lista. Ayer fue a arroparlo Cayo Lara con un mitin en la plaza de la Juventud, al que asistieron unas 700 personas.

"Córdoba no puede dar un paso atrás", alertó Lara ante los malos augurios. Primero metió el miedo en el cuerpo a los asistentes sobre una posible victoria del PP: "¡Si gana, podría despedir a los 3.000 trabajadores de las empresas públicas del Ayuntamiento!". Después pareció referirse a las promesas de Sandokán en una provincia con un 28% de paro. "No os dejéis engañar, en campaña se puede decir lo que se quiera pero hay que mirar lo que se ha hecho. ¡Echad atrás la memoria, mirad esta Córdoba y la que había en 1979!", rogó Lara.

Por la mañana, en Jaén, había vuelto a recordar su apoyo a los manifestantes del movimiento 15-M (entre los que está, acampada en la Puerta del Sol de Madrid junto a miles de personas, su hija). Si se prohíben las manifestaciones dando lugar a un "estado de excepción encubierto y sin causa", dijo, él se declarará "insumiso". También anunció que Izquierda Unida, a partir del día 23, se acercará "más a ellos".