Los socialistas se la juegan
El PSOE puede encadenar un cuarto mandato o perder su gran feudo
Todas las miradas están puestas en Sevilla. Ningún partido lo niega. Sobre todo para el PSOE, pero también para IU, mantener el gobierno de la capital sería como cuando un estudiante suspende seis pero aprueba Matemáticas y Lengua. Los socialistas encadenarían cuatro mandatos en el gobierno municipal, algo que ningún partido ha logrado. Pero la opción contraria, la vuelta a la oposición, que implicaría que el PP ha obtenido mayoría absoluta, sería un indicio de que el ascenso de los populares en Andalucía y España es imparable y, sobre todo, que al PSOE se le han acabado los grandes feudos.
Los dos grupos que han gobernado los últimos ocho años, socialistas e IU, llegan a las elecciones con el aval de haber hecho la mayor transformación urbana de la ciudad desde la Expo 92. El metro, las peatonalizaciones y los carriles-bici han tenido una estupenda acogida, incluso entre quienes al principio los cuestionaban. Otros proyectos como el tranvía y, sobre todo, Metropol Parasol, tienen más detractores, pero también han empezado a echar raíces.
Sin embargo, las encuestas indican que estos proyectos no van a dar demasiados réditos a los dos grupos del gobierno. ¿En qué se ha fallado entonces? Unos dicen que en la comunicación. El gobierno, sobre todo el PSOE, ha sufrido el desgaste de la incomodidad de las obras, los sobrecostes, las quejas vecinales o los incumplimientos de plazos. Y luego no ha sabido compensar la balanza con los trabajos terminados.
Entre los socialistas ha influido también, y mucho, los asuntos de corrupción que han salpicado al partido (sobre todo Mercasevilla) y la situación de interinidad del alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín. Casi desde el segundo año de mandato se daba por hecho que no iba a repetir. Pero su relevo se enfangó con su propio intento de nombrar heredero, la estrategia fallida de la dirección provincial para descabezarle y, finalmente, el anuncio, unilateral y por teletipo, por parte de José Antonio Grinán, de que Monteseirín no sería candidato.
Inevitablemente, la situación de un alcalde y un equipo que se sabe agotado genera un gobierno de pulso bajo, desmotivado. El elegido para devolver la ilusión, Juan Espadas, tenía el difícil encargo de poner en valor tres mandatos y ser capaz, además, de hacer un proyecto nuevo. Quizás mucha tarea para un solo año. Sobre todo, porque enfrente tiene al candidato del PP, Juan Ignacio Zoido, que ha navegado con el viento a favor del desgaste del gobierno y ha tenido todo un mandato para vender su programa vecino a vecino. Aún así, todos saben que el PSOE de Sevilla es mucho PSOE y ni unos tiran la toalla ni otros cantan victoria.
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