_
_
_
_
Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La pasión de uno de nosotros

Javier Vallejo

El enorme rostro proyectado de Cristo Salvator Mundi, del pintor renacentista Antonello da Messina, domina con su mirada perdida un lujoso loft blanco. En el sofá de diseño, un anciano mira la tele mientras su elegante hijo se prepara para salir: "¿Qué estás viendo?" -Los animales-, balbucea, antes de quejarse de un dolor agudo en el vientre. El chico se acerca a él para levantarle: cuando lo consigue, vemos que su albornoz está manchado por detrás. Mientras va a por guantes y palangana, su padre se hace aguas mayores piernas abajo.

De vuelta, el joven limpia con papel de cocina el suelo y la mancha marrón del níveo sofá, le quita camisola y pañal a su progenitor y los retira con aprensión mientras al público le llega un olor dudoso. Porque se arrodilla para preparar otro pañal, no ve que papá, desconsolado por su incontinencia, se ha llevado una mano pringada a la cabeza y se está poniendo perdido: es éste el único respiro cómico de una acción cruda sin tregua, milimetrada como esas piezas cortas de Beckett que son todo acotación. Pero Castellucci no hace de la palabra salmodia ni de las acciones recurrentes estribillo: su trabajo se mira en escorzo en aquel naturalismo radical que hace un siglo subió a los escenarios lo que nadie quería ver en parte alguna: la enfermedad, el declive y la muerte.

SUL CONCETTO DI VOLTO NEL FIGLIO DI DIO

Idea y dirección: Romeo Castellucci. Intérpretes: Gianni Plazzi y Sergio Scarlatella. Matadero Madrid. Del 12 al 14 de mayo.

Sul concetto di volto nel figlio di Dio (Sobre el concepto de rostro en el hijo de Dios) es una pasión profana magnética: el hijo limpia la cabeza del padre, lo consuela ("Ves como no ha pasado nada") y friega el suelo con dos cubos. Cuando todo está inmaculado se escucha un bramido intestinal, el joven hace un gesto de desesperación profundo, consigue sobreponerse ("Papá, ¿qué has comido?", inquiere compungido), pone al anciano en pie y comienza a lavarlo de nuevo cual Sísifo. Arrodillado tras él mientras le pasa un paño albo por la espalda, queda inmóvil durante nueve segundos eternos: parece una Dolorosa secando el sudor al Nazareno.

Castellucci imprime un giro metateatral fascinante cuando el viejo coge un bidón de plástico y sigue manchando como por juego, con el truco a la vista. La imagen posterior del hijo con ambos brazos abiertos, mirando implorante al Cristo, tiene la fuerza de una Piedad, y la salida del padre con el bidón es una despedida y cierre a lo Última cinta de Krapp, o a lo Minetti bajo la nieve con la corona de Lear. El espectáculo bien pudiera acabar ahí, sin esa performance final donde tras la pintura de Messina aparece la frase de doble filo: "You are (not) my shepherd", que parece hacerse eco de las palabras más humanas de Cristo: "Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" Entre los espectadores, hubo quienes quedamos magnetizados, quien salió conmovido y quien esperaba otra cosa.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Javier Vallejo
Crítico teatral de EL PAÍS. Escribió sobre artes escénicas en Tentaciones y EP3. Antes fue redactor de 'El Independiente' y 'El Público', donde ejerció la crítica teatral. Es licenciado en Psicología, en Interpretación por la RESAD y premio Paco Rabal de Periodismo Cultural. Ha comisariado para La Casa Encendida el ciclo ‘Mujeres a Pie de Guerra’.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_