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Crítica:CLÁSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un gran dúo

Un dúo, en música, no es simplemente uno más uno. Tuvimos ejemplo de ello con Hilary Hahn al violín y Valentina Lisitsa al piano. Fueron mucho más allá del mero ajuste métrico: compenetración en el ámbito estilístico, concepción del fraseo, cesión del protagonismo en los momentos necesarios, búsqueda conjunta del color, milimétrico contrapeso de las dinámicas, etcétera. En definitiva: nada de líder y servidor, sino dos intérpretes de primera trabajando para recrear la música.

El programa, además, combinó el repertorio clásico con el del siglo XX. A la Primavera de Beethoven y la Partita número 1 de Bach (que, naturalmente, tocó Hahn en solitario), se añadieron el Children's Day at the Camp Meeting de Charles Ives, y la Sonata número 1 de Antheil. Ambas son obras interesantísimas, poética y original la primera, y tan dura como reveladora la segunda. Piano y violín lucieron en ellas toda la gama de ataques y sonoridades que demandan las partituras. El piano de Valentina Lisitsa, que tan bien había cantado con Beethoven y Charles Ives, se mostró implacable en Antheil, cuya obra, de corte maquinista, requiere un intérpete potente y enérgico.

HILARY HAHN Y VALENTINA LISITSA

Obras de Tartini / Kreisler, Beethoven, Ives, Bach y Antheil. Palau de la Música. Valencia, 12 de mayo de 2011

A Hilary Hahn ya se la conocía en Valencia, pero volvió a sorprender por su admirable forma de tocar el violín. El fraseo, aparentemente sencillo, está elaborado al máximo, y su música respira siempre en el momento necesario. El sonido fue suave como una caricia en el Adagio de Beethoven, juguetón, picante y subrayando las síncopas en el tercer movimiento, y delicadísimo en el Rondo final de la sonata Primavera. Integró sabiamente las citas folklóricas en el discurso, profundamente americano, de Charles Ives. Sirvió con técnica apabullante la difícil Partita de Bach, cuya polifonía no radica sólo en las notas dobles, y que ella supo plasmar con toda la luz que merece. Tan remarcable pareció la vertiginosa Double de la Courrente, como la Sarabande con sus cargas de profundidad... Antheil sonó agresivo, futurista, tremendo. En cualquier caso, lo que más admira de ella es la capacidad para unir la contención con la expresividad, así como el terso y siempre afinado sonido de su violín.

Las Variaciones sobre un tema de Corelli, de Tartini / Kreisler, habían abierto la sesión. Kreisler también la cerró, con el bis: Liebesleid.

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