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Munilla advierte un "acoso y derribo" contra la asignatura de religión

El obispo de San Sebastián aprecia "presiones" hacia alumnos y profesores

El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, alertó ayer de que la libertad de enseñanza, e incluso la de conciencia, están "en peligro" por la "agresiva estrategia de acoso y derribo" a la que, a su juicio, está sometida la asignatura de religión. "Lo que está en juego no es ya su inserción en el sistema público, sino su misma razón de ser en la enseñanza reglada", avisó, tras considerar que "el laicismo entiende que la religiosidad debe ser recluida a la vida privada".

Durante una incisiva intervención en el Forum Europa de Bilbao, que quiso aprovechar para hacer un alegato en defensa de la asignatura de religión, el prelado donostiarra consideró que esta materia "es un derecho, no un privilegio", y que "no es equiparable ni sustituible por la Catequesis". En defensa de ella, Munilla esgrimió que "ayuda a entender la cultura" y ofrece "una cosmovisión frente a la fragmentación del saber". Además, hizo hincapié en que propicia el "diálogo interreligioso" y aporta "educación moral".

"Partimos de una situación lejana a la legalidad", cree el prelado donostiarra

Sin ánimo de entrar en clave política, aunque con pretensión de "poner el dedo en la llaga", Munilla hizo referencia a las "irregularidades" denunciadas públicamente por algunos profesores de religión del País Vasco, según los cuales, "muchos centros ni siquiera ofertan" estas clases, mientras que en los que sí se ofrecen, "se ejercen presiones sobre los padres que la han elegido" y se "discrimina" al profesorado. En este sentido, se confesó a la espera de la resolución definitiva del recurso judicial presentado por la Iglesia al Decreto de Bachillerato de 2009, "por el que se eliminó la materia alternativa" en Euskadi. Una decisión que implica más horas lectivas para quienes deciden estudiar religión.

Presentado por su homólogo de Bilbao, Mario Iceta, y en presencia de una discreta representación de los tres principales partidos -la presidenta del Parlamento, el delegado del Gobierno, Antonio Basagoiti, Belén Greaves e Ibón Areso-, el obispo de San Sebastián aprovechó su discurso para reivindicar que "el derecho de una supuesta mayoría de los padres a que sus hijos no reciban clase de religión no puede impedir a la supuesta minoría católica la educación de sus hijos conforme a sus convicciones". "Partimos de una situación bien lejana al cumplimiento de la legalidad y nos tenemos que emplear en ello", dijo Munilla, quien recordó que la consejería de Educación ha "manifestado reiteradamente su deseo de hacer cumplir la legalidad".

El prelado recalcó como conclusión que se antoja necesario conformar "un movimiento reivindicativo por la auténtica laicidad, positiva y no excluyente, que debe ser sostenido por los católicos y los miembros de otras religiones, así como desde posiciones laicas y agnósticas".

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Munilla, distendido al agradecer la felicitación de Iceta por el triunfo de la Real Sociedad, admitió también que la Iglesia local tiene que "avanzar" en su relación con las víctimas del terrorismo para "crecer en sensibilidad y acercamiento hacia ellas". "Sería muy poco serio por nuestra parte, sin haber hecho una profunda autocrítica, achacar a los colectivos de damnificados el hecho de que hayamos sido mal percibidos por muchos de ellos", confesó.

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