La UE 'compra' las aduanas danesas
Bruselas revisará Schengen para restablecer controles en casos excepcionales
Dinamarca conmociona a Europa con el anuncio del restablecimiento de controles fronterizos, en un aparente golpe a Schengen. El ministro danés de Integración, Soren Pind, cita a Shakespeare: "Mucho ruido y pocas nueces". En el Consejo de Ministros europeos de Justicia e Interior celebrado en Bruselas, Pind asegura a sus colegas que se trata solo de "restablecer controles aduaneros de mercancías, no de personas" y garantiza que Dinamarca actuará conforme a lo establecido en Schengen. Ningún ministro le hace preguntas y todos se precipitan a explicar que las palabras de Pind han sido tranquilizadoras. La Comisión dice que todavía no tiene opinión. Europa compra la propuesta danesa y, al paso, la idea de Nicolas Sarkozy y Silvio Berlusconi de que habrá que revisar Schengen para establecer fronteras "en circunstancias muy excepcionales".
Copenhague dice que serán "controles de mercancías, no de personas"
Concluido el Consejo, la consigna para el orbe se escuchó ayer en Bruselas en las 23 lenguas oficiales de la Unión: "La libre circulación de personas es un gran logro de la construcción europea. El principio no va a ser socavado ni debilitado. Ningún país está dispuesto a modificarlo. Si se retoca Schengen será para reforzarlo".
¿Y Dinamarca? El ministro Pind declaró en público que las interpretaciones se estaban desmandando. "Vamos a restablecer los controles aduaneros de mercancías, lo que ya hace otro país. No vamos a restablecer controles de pasaportes o de personas", aseguró a la prensa. Dentro repitió los mismos argumentos. "Dinamarca ha dado una explicación. Nos ha dicho que se había exagerado y que en realidad se trata de controles aduaneros de gran banalidad que se van a realizar para combatir la delincuencia", explicó el ministro francés, Claude Guéant. ¿Y le han creído, sin hacerle preguntas? "Acepto sus explicaciones. El futuro nos dirá". Antonio Camacho, secretario de Estado de Seguridad, que sustituyó ayer al ministro Alfredo Pérez Rubalcaba, se sintió aliviado: "Tranquiliza que el ministro danés haya sostenido que los planes se realizan en el marco de Schengen".
La comisaria de Interior, Cecilia Malmström, manifestó que había recibido la comunicación oficial danesa a última hora del miércoles y que el documento aún está en proceso de evolución: "No tengo comentarios que hacer todavía".
Alcanzado rápidamente el consenso sobre Dinamarca y lo que había que decir, los ministros pasaron a discutir sobre los planes de la Comisión para revisar Schengen. Sarkozy y Berlusconi han pedido que se considere la posibilidad de realizar controles fronterizos, en circunstancias por determinar, y la Comisión acepta la idea.
"Hay que mejorar las deficiencias que tiene", dijo Malmström. "Necesitamos elaborar directrices para interpretar cómo aplicarlo. Y cuándo se puede suspender y si hay que hacerlo". Los países están divididos sobre cómo proceder, pero hay "una cuasi unanimidad a favor de las propuestas de la comisaria", resumió Guéant. "Hay acuerdo en que puede haber circunstancias para el restablecimiento excepcional de controles de fronteras nacionales en situaciones excepcionales".
España es de los pocos disidentes, junto a Malta y Bélgica. "Ya existe un marco legal en Schengen que permite en circunstancias muy excepcionales establecer controles", apuntó Camacho.
Otras discrepancias fueron las de Francia y Alemania con Italia. Insistieron en que no pueden repetirse medidas unilaterales sobre inmigración. "Solo en casos de crisis grave puede haber restablecimiento de las fronteras", señaló Guéant. "Pero habrá que crear un mecanismo para que no haya decisiones unilaterales".
Malmström presentará a primeros de junio sus ideas sobre cómo interpretar qué son condiciones excepcionales que permitan la adopción de controles fronterizos, cómo y durante cuánto tiempo. La comisaría querría que la Comisión tuviese voz en el proceso, pero Alemania y Austria mantienen que las fronteras son cuestión nacional.
Europa decidió ayer aceptar a unos 850 refugiados políticos que han huido, en su mayor parte, de la guerra en Libia. Alrededor de 350 están ya en Malta. Noruega recibirá a más de 300, Suecia a 250, y España, Alemania y Finlandia, a un centenar por país.
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