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Las consecuencias de la crisis fiscal europea

Economía recortará 2.000 millones más si se incumple el crecimiento previsto

El Gobierno se verá obligado a dar un nuevo tijeretazo para lograr el objetivo de déficit si finalmente el PIB crece el 0,8%, la estimación media del mercado

Lucía Abellán

La economía ficción se ha vuelto crucial para los gobernantes españoles. El ejercicio, antes rutinario, de estimar cómo afecta a los principales indicadores un peor desempeño del PIB merece ahora toda la atención. Porque cualquier desviación tiene consecuencias. El Gobierno cree que si al final no se cumple su previsión de aumento del PIB (1,3%), sino que tiene razón el consenso del mercado (0,8%), el déficit subirá dos décimas: pasará del 6% al 6,2%. En cualquier otro momento, ese leve alejamiento de la meta constituiría un éxito. Ahora, la eventual brecha tendrá que corregirse con un ajuste adicional de 2.000 millones de euros, según confirma el Ministerio de Economía.

Esas dos décimas, contempladas en el nuevo plan de estabilidad que el Gobierno aprobó hace 10 días, pesan poco en el contexto de los casi 30.000 millones de desequilibrio que ya hay que corregir este año para alcanzar el 6% de déficit. Pero ningún esfuerzo es indoloro. Los 2.000 millones superan, por ejemplo, el ahorro atribuido a la impopular congelación de pensiones de este año. Otras soluciones pueden ser menos agresivas, pero a la larga más perjudiciales. "Lo primero que se recorta es la inversión. Primero vienen las infraestructuras, luego la investigación, la educación...", avisa Manuel Balmaseda, responsable del Servicio de Estudios de la cementera Cemex.

El Ejecutivo ha prometido adoptar medidas adicionales si es necesario
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La mayoría de los analistas respaldan el mantra repetido durante un año por Economía. "El objetivo de déficit es irrenunciable", reiteran en ese departamento desde la vicepresidenta, Elena Salgado, hasta los portavoces. El Ejecutivo entiende que la credibilidad española en los mercados radica, por encima de otros parámetros, en el cumplimiento del compromiso de déficit. Y a ese fin se emplea con fe casi ciega.

El talón de Aquiles de ese saldo deriva del supuesto de crecimiento en que descansa: un avance del PIB del 1,3% en 2011, por encima de lo que estima el mercado. Al Gobierno le avala el acierto en las previsiones de 2009 y 2010, pero la modestia del crecimiento del primer trimestre -el 0,2%, según el avance del Banco de España- siembra dudas sobre esa meta. El Gobierno está obligado a contemplar escenarios más adversos. El programa de estabilidad que acaba de remitir a Bruselas recoge varios supuestos: el principal coincide con el horizonte de crecimiento que espera la media de los expertos para 2011, el 0,8%. Con esa base, el déficit alcanzará el 6,2% y la deuda será medio punto superior a lo esperado (véase cuadro).

Al proyectar ese menor avance del PIB hasta 2014, las dificultades de ajuste son aún mayores. Más allá de las declaraciones, el propio programa de estabilidad despeja por escrito las dudas sobre cuál será el remedio en ese caso: "El Gobierno adoptará medidas adicionales extraordinarias para reconducir el déficit a los objetivos establecidos".

A diferencia de lo que ocurre con las hipótesis de crecimiento, los expertos consultados consideran creíble el compromiso del déficit. "Las desviaciones derivadas de un menor crecimiento serán manejables y el Gobierno se ha comprometido a tomar medidas adicionales si es necesario. Ese compromiso es claro y, después de lo visto el año pasado, creíble", consideran en el área de análisis de La Caixa. Con la estimación de crecimiento más baja (0,5% del PIB para 2011) del panel de Funcas, La Caixa calcula un déficit del 6,4%, la media de los expertos.

La principal desviación respecto al pronóstico del Gobierno la ofrece Ceprede. Este organismo vinculado a la Autónoma de Madrid no cree que el país avance más de un 0,6% interanual, lo que arrojará un desequilibrio del 7,7% en las cuentas públicas. Su responsable de estudios, Juan José Méndez, avanza que ese pronóstico se corregirá en los próximos días, aunque continuará alejado del 6% que estima el Ejecutivo. Más que el objetivo de este año, Méndez cuestiona el de los sucesivos. "¿Alcanzar el 3% en 2013? Es demasiado optimista para lo que habrá crecido para entonces la carga de intereses de la deuda; habría que aplicar un tremendo castigo al presupuesto o tener una bonanza de ingresos espectacular", considera este experto, que augura una oleada de austeridad adicional a la vuelta del verano, con los Gobiernos locales y autónomos que surjan de las elecciones.

El horizonte más próspero lo contempla José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, que ve factible un avance del PIB del 1,1% con unos desequilibrios públicos idénticos a los que ofrece el Ejecutivo. Díez llama la atención sobre la importancia del déficit en el juicio que hacen los mercados de España: "El paro no eleva la prima de riesgo. Los mercados no están mirando nuestros fundamentales, sino las posibilidades de retorno de la deuda. Si no hubiera ese efecto manada, muchas de esas medidas de austeridad no se hubiesen tenido que adoptar".

Los expertos dirigen el foco hacia las comunidades como principal incógnita. "No sé hasta qué punto el Estado puede compensar las posibles desviaciones", apunta Balmaseda, que recuerda que el Gobierno "tiene instrumentos" para obligarlas a cumplir. Más confiado se muestra Xavier Segura, de CatalunyaCaixa. "Es normal que las comunidades opongan resistencia, pero tal como está el foco exterior y la necesidad de desmarcarnos de los países periféricos, se hará lo que sea para alcanzar el 6%", vaticina.

El Ejecutivo cuenta con un aliado para cuadrar las cuentas. Se trata de la inflación, perjudicial para casi todo pero beneficiosa para las arcas del Estado. Las subidas de precios elevan automáticamente lo que recibe Hacienda de lo consumido. También permiten sacar más jugo al IRPF si los salarios se ajustan a la inflación y no ocurre lo mismo con los parámetros del impuesto.

Guerra de cifras

- El Gobierno cree que la economía crecerá el 1,3% en 2011. El consenso de los analistas estima que el avance del PIB será del 0,8%. El FMI calcula el 0,9%.

- Zapatero anunció hace un año un duro ajuste que incluía recorte de sueldo a los funcionarios, subidas fiscales y congelación de pensiones. Para cuadrar el déficit, este año hay que corregir 30.000 millones de euros. Pero si se incumple el crecimiento previsto, el Gobierno deberá recortar 2.000 millones adicionales, básicamente con menos gasto e inversión, aunque podría haber alguna subida de impuestos más.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.
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