Una velada acústica con Vanessa Paradis
Vanessa Paradis hizo el trayecto de niña a mujer, de nínfula televisiva a la nueva Lolita rock, entre la pantalla y el pop francés de los ochenta. Su adolescencia estuvo vestida por los textos de un autor de origen español y padre antifascista, Ètienne Roda-Gil, que le pone la primera piedra con el hit Joe le taxi. Para su segundo encuentro musical se le aparece ni más ni menos que la figura de Serge Gainsbourg, que en la recta final le deja un álbum, Variations sur le même t'aime. La cantante-actriz desarrolla una carrera -con sus éxitos y también fracasos- a lo largo de tres decenios, saboreando tanto los aplausos del gran público como del más a la última y branché. Igual se la ve rindiendo homenaje a Jeanne Moreau y de paso cantando a dúo un emocionante Le tourbillon de Jules et Jim en el Festival de Cannes que junto al añorado Willy DeVille sacándole punta al Stand By Me que entre nosotros dejó para la memoria Bruno Lomas siguiendo los pasos de Adriano Celentano y aquel Pregheró. Sus uniones con Lenny Kravitz y Johnny Depp han acabado redondeando su lado más people del mundo del rock y del cine mientras publica sus álbumes en francés con algunas incursiones en inglés y creaciones propias.
Une nuit a Versailles, su cuarto álbum en directo, recoge una de las veladas de la última gira de la intérprete en formato acústico y dando nuevo oxígeno a viejos y menos añejos temas de su carrera musical. La cantante, con la ayuda de Albin de la Simone, reconstruye una parte esencial de su discografía desde su lado más íntimo y despojado, apuntando nuevas miradas bajo el imperio de las cuerdas a temas como el Be My Baby o Sundays Mondays de Kravitz o una hechizante versión de Il y a de Gaetan Roussel con ciertos ecos a lo Paolo Conte. No podía faltar un clásico como Dis-lui toi que je t'aime más desnudo, delicado y lleno de emoción, o de los últimos títulos, Divine Idylle, perdiendo en fuerza pop para ganar en lirismo. Entre los covers de la velada aquel Le Temps de l'amour que cantó Françoise Hardy y que ya ha gozado de otras versiones, y que en esta incursión es como si acabara de pisar la calle con un traje completamente nuevo. Y del que te enamoras al primer vistazo.
Une nuit à Versailles. Universal Music.
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