Sabato o la memoria del 'Nunca más'
Desaparecido fue el eufemismo con el que se denominó a las víctimas del terrorismo de Estado planificado y puesto en marcha por la dictadura militar en Argentina entre 1976 y 1983. El término ya lo había definido el general Jorge Rafael Videla en 1979, en respuesta a las primeras indagaciones y presiones internacionales sobre la represión: "Mientras sea desaparecido no puede tener ningún tratamiento especial, es una incógnita, es un desaparecido, no tiene entidad, no está ni muerto ni vivo, está desaparecido". Esa cínica visión del exterminio sin pruebas la compartían entonces los militares, algunos cuadros políticos de los principales partidos, empresarios, eclesiásticos y periodistas. "Todos están bajo tierra", respondió un general, Alcides López Aufranc, para tranquilizar a economistas y ciudadanos de orden que preguntaban sobre la actividad de algunos delegados sindicales.
El 'informe Sabato' probó sin dar lugar a duda los crímenes de la dictadura
Cuando cayó esa dictadura, la lucha por la información y la verdad, la petición de justicia y el rechazo del olvido se convirtieron en señas de identidad de la transición a la democracia. El acto fundacional fue el detallado informe realizado por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), creada por decreto el 15 de diciembre de 1983, tan solo cinco días después de que Raúl Alfonsín asumiera el nuevo gobierno democrático, y presidida por el escritor Ernesto Sabato. El informe, que vendió decenas de miles de ejemplares con el título de Nunca más, planteado, gracias a Sabato, como un relato que adoptaba el punto de vista de las víctimas, resultó la prueba incontrovertible frente a las justificaciones militares y una condena de todo tipo de violencia armada, incluida la guerrillera. Con la excusa de reprimir al "terrorismo subversivo", bastante desarticulado y derrotado antes del golpe, las Fuerzas Armadas se habían apoderado del Estado y organizaron desde él la detención y aniquilamiento de miles de ciudadanos que nada tenían que ver con la guerrilla terrorista.
La muerte de Ernesto Sabato nos pone otra vez en la pista de aquella historia de muerte y tortura, de lucha contra la indiferencia y el olvido. Además de por su notable obra como escritor, Sabato será recordado como el hombre que contribuyó a dar una importante dimensión pública a ese relato del terrorismo de Estado llamado Nunca más.
Julián Casanova es catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza.
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