Camps declara un día de luto con banderas a media asta por García-Gasco
El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, destacó ayer el trabajo realizado por el arzobispo emérito de Valencia, Agustín García-Gasco, que falleció a causa de un infarto, y que será enterrado en la catedral de Valencia, como había dejado dispuesto. En un comunicado, Camps, que vuelve hoy a la vida pública tras una operación de hernia discal, trasladó las condolencias en nombre del Consell y todos los valencianos y elogió la "gran labor" llevada a cabo por García-Gasco en Valencia. Entre sus "grandes proyectos", puso de relieve la creación de la Universidad Católica de Valencia y recordó que la ciudad lo nombró hijo adoptivo y que "ha llevado el nombre de la Comunitad Valenciana por todo el mundo desde que en 2007 fue proclamado cardenal por el papa Benedicto XVI".
Fue uno de los más feroces azotes del Gobierno de Rodríguez Zapatero
Impulsó la Uiversidad Católica y la Iglesia de los Santos Mártires
La Generalitat decretó, asimismo, este lunes como día de luto oficial en la Diócesis de Valencia, en el que ondearán las banderas de los edificios públicos de la Administración autonómica a media asta. García-Gasco llegó al arzobispado en 1992, con un Gobierno socialista en la Generalitat, pero fue tras el triunfo del PP en 1995 cuando las relaciones entre ambas instituciones mejoraron hasta lograr la máxima fluidez, sobre todo con Camps de presidente.
Si con Eduardo Zaplana chirrió esa sintonía durante la elaboración de la ley de las parejas de hecho (que García-Gasco consideraba "una utopía marxista"), hasta que el Gobierno del PP rebajó su contenido, con Camps el maridaje fue totalmente armonioso.
La Generalitat impulsó en esos años la Universidad Católica de Valencia a instancias del propio arzobispo, concedió una emisora de televisión autonómica a la cadena del episcopado (Cope), y multiplicó sus ayudas a la Iglesia, que acumuló hasta el 85% de las subvenciones e inversiones de la Administración autonómica destinadas a patrimonio artístico.
Con García-Gasco en el palacio arzobispal, la Generalitat se involucró en la organización y financiación de la visita del Papa a Valencia con motivo del V Encuentro Mundial de las Familias, en 2006, parte de cuya gestión está siendo investigada por los tribunales en el denominado caso Gürtel, ya que de los 14,5 millones de euros que Canal 9 adjudicó para cubrir ese acontecimiento, sin mediar concurso, más de la mitad fueron para una empresa tapadera de la trama Gürtel (Teconsa), un contrato por el que Francisco Correa obtuvo más de un millón en comisiones ilegales.
El arzobispo y Camps utilizaron esta visita para echar un pulso al Gobierno central, tanto en el protocolo como en la difusión de la señal de televisión del acontecimiento, que concedieron a Canal 9 en detrimento de RTVE. García-Gasco mantenía asimismo un perfil político muy acentuado, siendo uno de los más feroces azotes del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, quien lo llegó a señalar como uno de los principales responsables del envenenamiento de las relaciones entre la Iglesia católica y el Ejecutivo. Alzó su voz discrepante en asuntos como la interrupción del embarazo, el matrimonio homosexual, el divorcio exprés o la asignatura de Educación para la Ciudadanía.
El 24 de noviembre de 2007 García-Gasco fue nombrado cardenal por el papa Ratzinger. Entonces ya había anunciado uno de sus más singulares proyectos: la creación de la Iglesia de los Santos Mártires para honrar la memoria de los beatos valencianos muertos en la Guerra Civil "por el odio a la fe", que levantaría, gracias al Ayuntamiento de Valencia, en una de las zonas con mayor proyección de la ciudad. Se trata de una de las antiguas naves de hormigón de la industria química Cross, en la avenida de Francia, que junto a otros solares destinados a uso escolar, le fue cedida al arzobispado por el Ayuntamiento presidido por Rita Barberá a cambio del solar arqueológico de la plaza de L'Almoina, sobre el que se fundó la ciudad.
Este proyecto, que se ha convertido en una realidad y que fue inaugurado por su sucesor, Carlos Osoro, a finales de 2010, levantó una honda inquietud tanto en algunos círculos de la Iglesia, que consideraban a García-Gasco como "un hombre con una cierta mentalidad nacionalcatolicista", como en sectores progresistas de sociedad, ya que fue interpretado como un acto propio de la inmediata posguerra que no ayudaba a la concordia entre los bandos que libraron la contienda.
El actual arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, valoró ayer en un comunicado que la muerte del purpurado en Roma, adonde se había trasladado para el acto de beatificación del papa Juan Pablo II, como "un reconocimiento a su fe y adhesión a la Iglesia". "Parece como un regalo para Agustín el que [Dios] le haya llamado aquí en Roma, junto al sucesor de Pedro, el mismo día en que Juan Pablo II era proclamado beato", consideró.
El cardenal será enterrado en la capilla de San José de la Catedral de Valencia, según era su voluntad, según un comunicado del arzobispado de Valencia, aunque aún no se ha determinado la fecha del funeral. La tumba ya se encuentra excavada en esta capilla del siglo XVIII de estilo neoclásico.
El secretario general del PSPV-PSOE, Jorge Alarte, también trasladó su "más sincero pésame y condolencias" por el fallecimiento de García-Gasco a Carlos Osoro. Alarte, por escrito, destacó la trayectoria del arzobispo emérito de Valencia "al servicio de la sociedad valenciana, desde sus ideas", y mostró su "profundo pesar" por este fallecimiento. Lo mismo hicieron la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Ana Botella, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, quien destacó su "fecunda labor", que le valió el nombramiento como cardenal y "que la ciudad de Valencia volviera ser sede cardenalicia 86 años después".
El Ayuntamiento de Valencia lo nombró hijo adoptivo con la oposición del PSPV-PSOE, que consideró que el cardenal fomentaba "la división y la confrontación" con sus constantes ataques al Gobierno socialista, al que llegó a acusar de provocar "la disolución de la democracia y corroer los cimientos de la sociedad democrática".
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