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Entrevista:MIQUEL BARCELÓ / Pintor y escultor

"Tengo mucha relación con los pulpos"

Pregunta. ¿Estos cuadros grandes negros son lo último que está haciendo?

Respuesta. No, también retratos, muchos retratos. Algunos hechos con lejía, que es una técnica casi fotográfica.

P. Y le quedarán limpísimos.

R. Sí. Todo el mundo dice: huele a limpio.

P. ¿Sigue habiendo un agujero económico en torno a su cúpula de la ONU en Ginebra?

R. No tengo ni idea. Es una fundación de empresas privadas.

P. Para ver esa obra, propuso poner debajo una enorme cama redonda. ¿Es el mueble más adecuado para solucionar conflictos internacionales?

R. Pensé que podrían dar nombres internacionales a los hijos que nacieran de esta especie de gran cópula.

P. La cópula bajo la cúpula.

R. Sí. Y varias veces al año la visitamos con amigos y ponemos debajo camas hinchables.

P. ¿Y tiene consecuencias?

R. Creo que sí, porque tengo mucha lista de espera para ir.

P. Se le tiene por neofigurativo. Pero le encuentro muy naturalista en el lenguaje: "Me hice pajas mirando La maja desnuda de Goya".

R. Es que es verdad. Pero no deja de ser neofigurativo. Al menos dos o tres figuras. Era el material gráfico del que disponíamos en los primeros años setenta.

P. Siempre ha trabajado con materias en mal estado. ¿Ha hecho algún retrato a Jaume Matas?

R. Yo usaba las materias antes de que se pudrieran, la cadaverina, eso es del 74, y cuando la usaba estaba fresca. Se pudría después [ríe]...

P. "Me inspira la caca de mis asnos mallorquines". No hay material que se le resista.

R. Hice el retrato de tres poetas -Ramón Llull, Anselm Turneda y Joanot Martorell- con tres mierdas de asno de Mallorca. Todo el mundo se reconocería, igual que todo el mundo se reconoce en una radiografía.

P. Hace años le mordió un escorpión. ¿Se envenenó el escorpión?

R. Yo lo pasé mal, pero al escorpión lo liquidé. Lo metí en un libro, y cuando lo abrí ya no estaba.

P.¿Alguna vez no ha entendido su propia obra?

R. Sí, muy a menudo.

P. ¿Y cómo se la explica?

R. Intentando hacer una segunda obra para explicar la anterior o esperar a que se ventile. Mi trabajo es más buscar en las tinieblas que tener certezas, más preguntas que respuestas.

P. ¿Qué se pregunta?

R. Muchas preguntas no me las hago por miedo a tenerme que contestar. ¿Por qué hace uno eso cada día después de tantos años? Ese es el pánico de cualquier artista, el síndrome de Sísifo.

P. ¿De qué tipo es su relación con los pulpos?

R. He cazado miles, y ya no los mato, y casi ni los como, porque es difícil comer un animal con el que tienes tanta relación. Yo tengo mucha con los pulpos. Los miro durante horas. Son asombrosos. Tienen memoria, y su cerebro es capaz de almacenar imágenes. Intento aprender.

P. También estudia a las termitas. ¿Con cuál de los dos se queda?

R. Con los pulpos. Como animal de compañía, sí.

P. En la catedral de Palma ha puesto mucho mundo submarino. ¿No quedamos en que el cielo estaba arriba, y no abajo?

R. De eso se trataba. La sensación es de estar debajo del agua, viendo los pescados vivos por encima de tu cabeza. Ya decía Heráclito: como es arriba es abajo.

P. ¿Cuál es la postura más rara en la que ha pintado?

R. He pintado en todas las posiciones. Colgado, en gravedad, me gustaría probar.

P. ¿Ha desarrollado más posturas en la pintura o en el sexo?

R. Bueno, yo creo que aplico las unas a las otras, sin duda.

P. ¿Cuáles son sus demonios más queridos?

R. Los peores son los demonios familiares: el insomnio, el miedo a morirte sin haber acabado lo que estás haciendo. Y siempre parece que tengas que hacer algo que dará sentido a todo lo que has hecho antes. Es terrible.

P. Parece que trabaja como antídoto contra la muerte.

R. Seguramente. Por eso nunca me he querido psicoanalizar. He mandado mucha gente al psiquiatra, pero yo me he cuidado muy mucho de ir.

P. Hace la matanza el 20-N, día de la muerte de Franco. ¿Así le sale mejor la sobrasada?

R. La primera vez fue el 20-N por casualidad, pero ahora seguimos haciéndola en esa fecha. Y la sobrasada sale estupenda.

P. ¿Es fetichista en algo más?

R. En muchas cosas. Pero es que no las puedo decir.

P. Hace años dijo ser aficionado a "leer, follar y bucear. Bucear más que follar, porque aguanto más rato". ¿Le sigue pasando?

R. Sí. En apnea aguanto bastante. Pero vaya, con botellas, más.

P. De lo demás, ya ni se habla.

R. Sí, pero no uso botellas. Lo hago en apnea. Y las tres cosas a la vez no he conseguido hacerlas.

Miquel Barceló, fotografiado en su tejar de Mallorca, en plena faena.
Miquel Barceló, fotografiado en su tejar de Mallorca, en plena faena.TOLO RAMÓN

Perfil

Tiene 53 años y dos hijos. Se escaquea con un "vengo del dentista y no puedo contestar según qué cosas", pero luego, quizá porque se le pasa la anestesia, entra a todos los trapos con socarronería. Puede pasar horas hablando de los cefalópodos. En cambio, considera a las termitas "una pasión poco duradera". Cultiva tomates, es culé y una o dos veces al año va al fútbol. Vamos, explica, "que no soy un ovni".

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