El BNG dará prioridad a los autobuses en los semáforos
Los atascos de tráfico son un mal común en la capital gallega. Es un problema enquistado entre el flujo de coches en los que se mueve la gente que trabaja en Santiago y vive en los ayuntamientos limítrofes, un casco histórico peatonal y escaso margen de maniobra para regular más turismos de los que puede absorber un ensanche de calles estrechas y direcciones únicas. Es, además, un tema habitual en las campañas municipales y objeto de numerosas propuestas en los programas electorales. El planteamiento del candidato del BNG a la alcaldía, Rubén Cela, incluye dar prioridad en los semáforos al transporte colectivo en autobuses.
La propuesta se basa en crear itinerarios en los que los semáforos cambien a verde ante la presencia de un autobús y cierren el paso para los demás vehículos. La tecnología a usar sería un detector o un dispositivo de localización como el GPS, entre otros, indica el BNG. El objetivo es que se reduzcan los tiempos en que los autobuses urbanos cubren las rutas para mejorar las frecuencias y "convertir el transporte público en una opción percibida como eficaz y alternativa al vehículo privado". El sistema -en diferentes modalidades que pueden incluir o no un carril propio para el vehículo de transporte colectivo- funciona ya en otras ciudades españolas como Albacete, Murcia o Bilbao y europeas como Ámsterdam. La compañía de transportes de Vigo estudia también implantar el sistema, que también se barajó para A Coruña.
Una política más amplia
La medida no es "aislada o una fórmula mágica que mejorará el tráfico o el servicio público", apuntan desde el BNG local, sino que se aplicará dentro de una política más amplia de mejora del transporte colectivo a nivel municipal y comarcal. Por ello, el BNG apuesta por combinar este sistema con la creación de carriles, plataformas y direcciones reservadas para este tipo de transporte. El candidato Cela criticó en la presentación de su programa sobre movilidad que las líneas del autobús urbano estén "heredadas de una distribución de hace 25 años". "Necesitamos un transporte público adaptado a una gran ciudad moderna europea y eso se traduce en un transporte público de calidad, más rápido, con mayores frecuencias y mayor conectividad con los barrios y las parroquias", afirmó. Solo el 12,4% de los desplazamientos en la ciudad se hacen en transporte público y el porcentaje de usuarios descendió un 1,8% en 2010 respecto al año anterior.
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