El PP choca contra su muro

El Partido Popular está en plena frase de crecimiento: superó su mejor resultado en el Parlament por número de diputados, alcanzando 18 escaños, y encara las generales de 2012 con las encuestas a su favor para aupar a Mariano Rajoy a La Moncloa. Pero las candidaturas para las municipales demuestran que, por ahora, el PP tiene un muro infranqueable en Cataluña: 11 comarcas en las que no tiene ni un edil y en las que le es difícil cerrar listas. El mapa del PP catalán es poblado en la costa y en los núcleos urbanos, pero disperso cuando se aleja de la capital.

La formación ha incrementado mínimamente su presencia en estos comicios: presenta listas en 548 municipios, cifra similar a los 535 de 2007. El actual ciclo alcista no se traduce en un aumento significativo de las candidaturas. "No hemos ido a por un objetivo numérico. Hemos hecho un esfuerzo en la elaboración de las listas", responde Pere Calbó, secretario de organización del PP catalán, que celebra haber tenido más facilidades para cerrar listas en algunos municipios: "Ha habido más gente que quiere colaborar en nuestras candidaturas".

El PP debe recurrir a candidatos no autóctonos para algunos municipios

Pese a esa mejora, el muro para el PP se mantiene en algunas zonas sin derribar. En algunas comarcas, su presencia el 22-M será escasa: en la provincia de Barcelona destaca el poco arraigo en Osona, donde solo concurre en 16 de 51 municipios. En el último lugar aparece la Garrotxa: solo se presenta en dos municipios. En 15 comarcas -incluidas todas las de la provincia de Girona- el partido no cubre ni la mitad de los municipios con sus candidaturas.

Para paliar este déficit, el PP miró a la izquierda catalana y planeó importar una práctica habitual del PSC, ERC e ICV en las municipales: la creación de una marca blanca, que ayuda a consolidar candidaturas en los colectivos renuentes a abrazar unas siglas. Tras peinar el territorio, el PP ha desechado la idea. La formación no quiere hablar de fracaso, sino de consolidación de las siglas: "La gente, mayoritariamente, quiere ir con las siglas. Eso confirma que el PP es una marca de rigor en la gestión", argumenta Calbó. La formación estaba en condiciones de cerrar 10 listas de estas características, pero al final optó por sus siglas.

Las dificultades para atraer candidatos en algunas zonas son endémicas en el PP. Por ello en otras ocasiones ha recurrido a las llamadas listas fantasma, candidaturas creadas echando mano de militantes ajenos al municipio e incluso de fuera de Cataluña. Estas listas sirven para añadir votos al cómputo que cuenta para las diputaciones. Calbó asevera que ahora no se han aprobado este tipo de listas, aunque en municipios pequeños el cabeza de lista no es necesariamente del pueblo. "Hemos intentado que sean de la localidad y, si no es posible, de la comarca o con arraigo en el municipio". Ello incluye trabajar en el lugar o tener una segunda residencia. En Lleida, según el diario Segre, esto se produce en 16 de las 116 listas. La norma del arraigo no se ha seguido en Vic (Osona), donde el PP no tiene representación. Como candidato estará el diputado Pedro Chumillas, de Barcelona. "Es un caso excepcional. La lista está formada por gente del municipio, pero teníamos problemas para encontrar candidato", admite Calbó. Y reconoce que hay militantes de otras autonomías en las listas. "Los primeros lugares están ocupados por gente del municipio o de la comarca. Pero en algún lugar, si faltan dos o tres personas en el final de las listas, se puede contar con la ayuda del resto de los militantes de Cataluña y de otras comunidades. Es un tecnicismo", zanja Calbó, que asegura que se trata de casos aislados.

El PP celebra haber consolidado las listas, con menos dificultades y más candidatos autóctonos. Ahora espera continuar con el éxito de las autonómicas e incrementar el número de 284 concejales que logró en 2007 (fue la sexta fuerza por número de ediles). Sus principales metas son ser determinante en Barcelona y Tarragona para formar gobierno, y aspirar a la alcaldía de Badalona. "En muchos sitios seremos decisivos para formar gobierno", concluye Calbó, que tiene en mente cómo salvar el particular muro del PP: "Cuando se visualice nuestra capacidad de gobernar, eso tendrá un efecto y aumentaremos la implantación en el territorio".