Osvaldo chafa al Atlético
Rendido a la pegada del delantero del Espanyol, el cuadro de Quique regala el empate
Las trayectorias opuestas del Espanyol y el Atlético coincidieron en Cornellà, que presenció un choque de trenes con dos delanteros bien vistosos y dos defensas de gelatina. El duelo al sol entre Osvaldo y Agüero, sin concesiones, sin especulaciones, un toma y daca precioso hasta que le aguantó el resuello a los pericos, dio sentido a un partido que la escuadra del Manzanares dejó escapar por su falta de puntería y por los regalos envenenados de Perea. La pegada del italoargentino del Espanyol evitó la novena derrota de los cachorros de Pochettino en los últimos 12 encuentros y la tercera victoria sucesiva del conjunto de Quique Flores, un registro que habría sido el récord de la casa, lo cual dice mucho de la irregularidad rojiblanca, y que tampoco se alcanzó con Forlán fuera del once.
Nuevo rico, Diego Costa volvió a tener patente de corso con el uruguayo fuera de la convocatoria por una periostitis y el juego fluyó de nuevo como los ángeles en la delantera del Atlético, con Agüero de matarife. El Kun se empleó a fondo para tumbar en vano al Espanyol, que, pese a ser el tercer peor equipo de la segunda vuelta (11 puntos, uno más que el Getafe y tres que el Hércules), sacó su gen más competitivo.
Imperial en una primera vuelta que le hizo tontear con los puestos de la Champions, el club barcelonés lleva sumido en los últimos meses en un letargo de difícil solución, en parte por las lesiones de gente importante como Osvaldo y Márquez y en parte por los traspasos en el mercado invernal de Dídac al Milan y Víctor Ruiz al Nápoles. Las apreturas económicas de la casa han trastocado los planes de futuro de los de Pochettino de tal manera que el técnico tiene que sacarse de la chistera cada jornada una alineación complicada como un sudoku.
En un ejercicio encomiable, el Espanyol se mantuvo en la pomada igualando dos goles adversos, el primero muy tempranero y sorprendente hasta para el Atlético. Koke, que volvió a ganarle el puesto a Juanfran, marcó a puerta vacía tras un grave error de Galán, que, contraviniendo el manual del buen defensa, despejó hacia dentro un balón robado por Diego Costa. El encuentro pintaba que ni soñado para Quique, con Godín rematando las jugadas de estrategia y Filipe Luis doblando a Galán, un flan con apariencia humana.
Enchufado y sereno, el Atlético cambió su discurso cuando una entrada de galeote de Chica terminó con Koke fuera de juego. Aun así, la caraja local era de tal calibre que los rojiblancos se lanzaban al galope aprovechando los espacios mientras Callejón se ataba las botas, ajeno al show de Reyes por su carril. El partido tenía dueño claro, con el Kun perdonando el segundo gol tras un remate que le salió centro, cuando un balón largo de Verdú a Osvaldo propició el empate. El goleador le ganó el sprint a Perea, que, para colmo, tocó la pelota lo justo para que su remate se fuera a la red con De Gea descolocado, Ujfalusi pensando en sus asuntos y Godín mirando al banquillo.
Tras desfilar por los vestuarios, la respuesta no se hizo esperar. Callejón dio un pase hacia atrás desde el centro del campo para Raúl Rodríguez con la idea de evitar un saque de banda, pero Agüero le leyó la mente. El genio colchonero se anticipó a la jugada y fusiló a Kameni con una vaselina estupenda. De nuevo en lo alto de la ola, el Atlético volvió a relajarse. Sobrado por lo poco que le duraba la pelota al centro del campo del Espanyol y con Mario Suárez convertido en un ladrón, la zaga perdió tensión y se empantanó de mala manera con Perea siempre de actor principal. El desbarajuste lo aprovechó Osvaldo, inconmensurable, que con todo en contra remató al segundo palo, lejos de los guantes de De Gea, un centro teledirigido una vez más por Verdú. Dos tiros, dos goles, dos golazos.
El Atlético no se recuperó del mazazo, pero no bajó los brazos y se echó al monte. Fueron los mejores minutos visitantes, con Tiago dirigiendo el tráfico, Agüero dibujando pases que eran goles y Raúl García fallando varios tantos cantados en un monólogo que no tenía fin. Como Tiago, que metió en un lío a Kameni con un cabezazo abajo, donde les duele a los porteros. El arquero se redimió de su falta de contundencia en el gol de Agüero, en el que se venció a las primeras de cambio, facilitando la parábola del argentino.
El Atlético llegó más, pero precisó menos, justo el arte con el que le chafó Osvaldo.
"Perdimos dos puntos"
Una vez más, el Atlético se complicó un partido que tenía ganado. Una vez más, Quique Flores se quedó "amargado" por el resultado. "La sensación con la que me vuelvo a Madrid es que perdimos dos puntos más que ganado uno", enfatizó el entrenador rojiblanco, que, como el resto del equipo, se quedó "frío" en cada gol de Osvaldo. "Es un gran finalizador, muy inteligente, y ha realizado buenos desmarques en las jugadas de los goles. Tengo dudas de si en el segundo estaba en fuera de juego, pero, como fuese, hemos controlado todas su acciones menos dos", aseveró Quique.
"Ha sido un partido muy físico, muy intenso, en el que nuestro juego estaba siendo muy directo y nos ha acabado pasando factura", concluyó el preparador rojiblanco.
Por otro lado, Martin Ferguson, hermano del entrenador del Manchester United, Alex Ferguson, y jefe de los ojeadores de los diablos rojos, estuvo en el palco viendo a De Gea, por el que el club inglés ha mostrado interés.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.