Nel Amaro, agitador político y cultural asturiano

El poeta, novelista y dramaturgo asturiano Nel Amaro, uno de los impulsores y pioneros a mediados de los años setenta del movimiento cultural Surdimiento, de recuperación literaria de la lengua asturiana, falleció el día 3, a los 65 años, en Oviedo.

Amaro, al que se le reconoce como uno de los nombres de referencia en la revitalización de la literatura en bable o asturiano, fue además, y desde 1989, un destacado autor de poesía visual y experimental -con exposiciones en España, Portugal, Canadá, EE UU, Italia, la antigua URSS, Francia, Japón y otros países-, faceta a la que sumó, a partir de 1992, la realización de instalaciones y perfomances. En los últimos años también expresó su creatividad en Internet. Su obra figura recogida en diversas antologías en España e Italia. Publicó ocho poemarios, cinco novelas y varias obras dramáticas.

Su compromiso político le llevó a la cárcel durante el franquismo

Manuel Amaro Fernández Álvarez (Nel Amaro), nacido en Quentuserrón (Mieres) en 1946, fue autodidacto y multidisciplinar. Además de autor de literatura en castellano y asturiano, dirigió grupos teatrales y fundó revistas de poesía y literatura (Sapiens y Cuélebre literario), fue crítico teatral en la revista Ozono y otras publicaciones. También ejerció como articulista de prensa, dirigió una emisora libre y un programa en asturiano en otra, escribió letras para componentes de la corriente musical Nuevo Canciu Astur y protagonizó recitales de poesía.

Durante unos meses fue presidente de l'Asociación d'Escritores Asturianos, era miembro de número de la Academia de la Llingua y había pertenecido al movimiento Conceyu Bable, colectivo cultural reivindicador del idioma asturiano.

Toda esta copiosa actividad como agitador cultural la compatibilizó con un acusado compromiso político. Nacido en una familia de tradición comunista e hijo de uno de los protagonistas de las huelgas mineras asturianas contra el franquismo de 1962 y 1963, Nel Amaro fue arrestado y procesado en varias ocasiones durante la dictadura. En 1974 fue detenido, al igual que una hermana suya, Mariluz Fernández, y otros miembros de la familia, acusados por la policía franquista de estar implicados, junto a otras figuras de la cultura y la oposición de izquierdas, en el sangriento atentado de la cafetería Rolando, en la calle del Correo, de Madrid, ocurrido en octubre de ese año.

Casado, padre de dos hijos y con dos nietos, vivía en Turón (Mieres), uno de los territorios del movimiento obrero asturiano. Nunca abandonó la actividad literaria y creadora. Tampoco sus ideas. Su féretro fue envuelto por sus familiares y amigos con la bandera republicana.