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La familia Arcos cree que hay nuevas pruebas incriminatorias

El acusado compró 12 sacos de cal meses antes de la desaparición

El atestado que la Guardia Civil envió al juez que instruye el caso por la desaparición de María José Arcos en 1996 revela que el acusado de asesinato, R. V., guardaba en una caja fuerte de su domicilio una factura de la compra de 12 sacos de cal en polvo, además de diverso material de construcción, cinco meses antes de la desaparición de Arcos. Los agentes relatan además como el acusado, en el momento de ser detenido, preguntó con insistencia si había aparecido algo. La deducción de la Guardia Civil apunta a que su actitud podría avalar la hipótesis de que el cuerpo de Arcos pudo ser enterrado. Ante las conclusiones del atestado, la familia pedirá que se active "la utilización de todos los medios técnicos que sean precisos" para localizar el cuerpo de la desaparecida, informa Europa Press.

El abogado de la familia, Evaristo Nogueira, puntualizó que la investigación todavía continúa y que hay que "ser cautos y estar a expensas de lo que pasa". El que fue desde el primer momento el principal sospechoso de la desaparición de Arcos, el operador de cámara de Televisión Española R. V., permanece detenido sin fianza y acusado de asesinato desde el pasado viernes. La decisión del juez Fernando Ferreiro se tomó pese a que el fiscal pidió la libertad sin fianza para el entonces detenido.

En el registro de la casa del acusado, los agentes se incautaron de gran cantidad de aerosoles paralizantes y munición -R. V. es cazador- y cajas con grilletes "medio escondidas" en el suelo de la casa, así como recortes de prensa sobre el caso desde el momento de la desaparición de Arcos, a quien le unía una relación sentimental.

La familia, que ofrecerá esta mañana una rueda de prensa, siempre vinculó la desaparición a un supuesto asesinato por parte de R.V. El móvil del crimen sería el millón de pesetas, que asegura la familia de Arcos, María José prestó al acusado. En el atestado, los agentes hacen constar la retirada de varias sumas de dinero, próximas a esos 6.000 euros, de diferentes entidades bancarias. María José Arcos tenía 35 años de edad cuando se le perdió la pista en agosto de 1996. Su coche, con su documentación y otras pertenencias, fue encontrado varios días después en el faro de Corrubedo.

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