El PSOE de Cádiz evita la rebelión y aplaca el conflicto con Griñán
González Cabaña: "No hay que distraerse con cosas que no sean las elecciones"
Aunque el PSOE de Andalucía se parece cada vez menos al PSOE de Andalucía que lleva 30 años ganando elecciones, algo todavía le queda. El "no toca" se ha impuesto en las ocho agrupaciones provinciales socialistas, después de la sorprendente marcha de Luis Pizarro como consejero de Gobernación y Justicia, por sus discrepancias con el presidente de la Junta, José Antonio Griñán. Este, en un golpe de autoridad esgrimiendo el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA), destituyó al delegado de Gobierno autónomo en Cádiz y Pizarro, que fue hombre fuerte del PSOE andaluz durante casi 15 años, contestó con su dimisión. Lo consideró como una agresión a la mayoría de la dirección provincial y a un intento de desestabilizar al PSOE gaditano. Griñán no ha hecho nada que no hicieran sus antecesores -utilizar el BOJA para cuestiones orgánicas-, pero está por ver si la onda expansiva de esta operación no le ha dañado a él en su capacidad de liderazgo.
Cabaña pospone su candidatura a presidente de la Diputación
Todos en el PSOE, incluido el propio Pizarro, se han conjurado ahora para aislar la crisis abierta en la federación socialista, negando su propia existencia y haciendo un esfuerzo por acallar el ruido interno.
La ejecutiva provincial de Cádiz, agrupación a la que pertenece también Manuel Chaves, abordó ayer la crisis y decidió templar ánimos, al menos hasta después de las elecciones municipales del 22 de mayo. "No voy a convertir a Luis Pizarro en la bandera de ir a una guerra, porque el primero que no quiere es él y lo demás todo puede esperar", aseguró ayer el secretario general de los socialistas gaditanos, Francisco González Cabaña, quien apostó por "no distraerse con cosas que no sean las elecciones".
Cabaña ha suspendido el comité provincial extraordinario de mañana viernes en el que estaba previsto ratificarlo a él como candidato a la presidencia de la Diputación de Cádiz. La decisión se tomará tras el 22-M, después de que la ejecutiva regional sólo haya autorizado, en otro giro de tuerca, las nominaciones de los presidentes provinciales en aquellas diputaciones que gobiernan con mayoría absoluta, es decir, en Sevilla, Jaén, Córdoba y Huelva.
Desde la dirección federal -muy disgustada con lo ocurrido- y también desde su entorno, se le hizo ver a Cabaña que lo contrario hubiera sido una "rebelión". Cabaña afirmó: "Aquí nadie está por ir a la guerra". Dicho esto. El dirigente gaditano mostró su desacuerdo con lo que considera una "agresión" a dirigentes de su provincia, aunque "acata" las decisiones adoptadas desde el ámbito del Gobierno.
Las direcciones provinciales han cerrado filas con Griñán y no están por las banderías orgánicas a menos de dos meses de las elecciones municipales. Así lo opinan todos los secretarios generales provinciales, que además han mostrado un gran respeto por la decisión "personal" tomada por Pizarro, aunque la mayoría no la comparten.
El secretario general del PSOE de Jaén, Francisco Reyes, dijo a este periódico que la dimisión de Pizarro "no beneficia al partido", ya que "no era el momento oportuno". "Ahora lo que toca es estar detrás de Zapatero, de Griñán y ganar las elecciones municipales. Jaén no está en nada y no vamos a hacer otra cosa", enfatizó.
El secretario general del PSOE de Huelva, Mario Jiménez, fue más allá. Consideró que Pizarro "se ha equivocado" y que "ha hecho daño al PSOE". También el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, que sabía antes de hacerse pública la firme decisión de Pizarro de dimitir, insistió en el error y en que "se lo debería haber pensado dos veces".
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