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Entrevista:EXTRAÑOS EN LA GRADA NACHO VEGAS | FUERA DE JUEGO

"La bordería de Alonso me gusta, es muy asturiana"

Elsa Fernández-Santos

El olor a combustible quemado, las manchas de lubricante, los codazos de las marcas, el oro en las muñecas, las curvas por todas partes y una frase atribuida a Ayrton Senna: "Aquí, el segundo es el primero de los perdedores". Nacho Vegas repite las palabras del malogrado piloto brasileño para explicar por qué se queda pegado al televisor con las carreras de formula 1: "Me gusta este deporte porque no se parece a ningún otro, porque le gustaba a mi beatle favorito, George Harrison, y porque no existe el espíritu deportivo. Lo importante no es participar, sino ganar". Tanta afición al triunfo resulta chocante en un trovador de la derrota como Nacho. Pero el que fuera miembro de Manta Ray, cantautor rock clave del Xixón sound -movimiento de intenso arraigo geográfico que definió la música alternativa española de los años noventa-, hasta ha echado mano de las carreras para el título de su último disco, La zona sucia. "Lo sé. Todo resulta despreciable. Las escuderías, Ecclestone... Es el deporte más salvaje e individualista. En las motos hay cierto buen rollo. Aquí, ninguno. La fórmula 1 es la metáfora perfecta del capitalismo puro y duro. Pero, al menos, lo entiendes, mientras que el capitalismo real da mucho más miedo".

A Nacho Vegas (Gijón, 1974) la afición le llegó por la tierra. Igual que se atrevió a actualizar en clave rock el cancionero tradicional asturiano, empezó a seguir los pasos en la pista de su paisano Fernando Alonso. "Me gusta precisamente porque resulta antipático. Con una bordería muy asturiana. La reconozco muy bien. No empatizo con los deportistas perfectos. Él no tiene que caer simpático ni lo intenta. Ni siquiera quiere ser ejemplo de nada. Eso me gusta mucho. Lo de Asturias tira. Ahora también soy un poco del Barça por Villa".

Gracias al piloto, los domingos por la mañana se convirtieron en un buen momento para componer canciones. La tele, con el volumen bajo -"si Alonso se sale, pierdo el interés"-; escribiendo canciones sobre el desamor, la pérdida, el lastre y el abandono. Así escuchó lo de la zona sucia y la zona limpia y así decidió también que, sin duda, él estaba más cerca de la sucia, esa que tiene restos de goma, por donde los coches no siguen el trazado. Por eso decidió titular así su disco, otro éxito de crítica. "La zona sucia es la que me interesa al hacer canciones porque en la zona limpia hay orden, pero las cosas interesantes proceden de lo imprevisto, de lo que no tiene explicación".

Más allá del título, nada en sus canciones hace referencia a su deporte favorito: "Las canciones llegan de todas partes, en cualquier momento, haciendo la compra, hablando en un bar o, sí, viendo las carreras. Pero, no, aún no he escrito nada sobre Alonso". La pregunta no es caprichosa. En 2005, se inspiró en el alpinista Juanito Oiarzabal para Cerca del cielo, incluida en su tercer disco, Desaparezca aquí. De alguna manera el montañero le recordaba a sí mismo: "Si pudiera elegir/ solo un deseo,/ pediría vivir/ siempre cerca del cielo,/ de un cielo tan real/ como el abismo,/ en una guerra tan cruel/ como la de uno contra uno mismo". "El montañismo es lo contrario a la fórmula 1. Es conquistar algo que no tiene fin. Es el mito de Sísifo, el esfuerzo inútil y que no acaba nunca. Subir y bajar montañas sin meterse con nadie. Salvando las distancias, me pareció que era como escribir canciones. Haces canciones para nada y una canción, como una montaña, te lleva a otra. Subir, bajar... Siempre igual. Hasta que ya no te queda nada más".

A Nacho Vegas no le pegan mucho las expresiones de euforia. Por tímido y observador. Aunque el sábado, después del triunfo del Sporting en el Bernabéu, se podía intuir su grito detrás de un sms: "Justicia cósmica, se llama, ay, la madre que me parió, ¡puxa, Sporting!". El músico prefiere recordar el día que su equipo subió a Primera después de una década en Segunda al día que España ganó el Mundial. Entonces estaba grabando su disco, solo en un estudio del sur, acompañado por un perro mastín que le miraba amenazante. De su infancia recuerda ir a los partidos de El Molinón con su padre y su equipo de voleibol en el colegio: "Jugaba mucho de guaje. Hasta llegué a ser subcampeón de Asturias de voleibol y voleiplaya. Recuerdo a jugadores como Paco Sánchez o Rafa Pascual, que era muy guapo. Molaba más ser jugador de voleibol que de baloncesto, que eran unas jirafas, o de fútbol, que tenían demasiado muslo. Yo era un buen colocador. Estudiaba en Héroes de Simancas, pero luego cambiaron el nombre porque era franquista y nos pusieron Campoamor. La verdad es que a nosotros nos gustaba eso de Héroes, pero mi madre me dijo que de ninguna manera podía gustarnos. Y tenía razón".

Tres momentos antimadridistas

- "El ¡así, así, así gana el Madrid! nació en El Molinón, en los años setenta. Ese fue el primer gran momento antimadridista del Sporting. Fue un partido que ganaron de forma marrullera y el estadio se puso a gritar: '¡Así, así, así gana el Madrid!'.

Lo que todavía no me explico es cómo el Madrid logró reconvertir aquel grito, cambiarlo de signo

y llevarlo a su terreno".

- El segundo gran momento antimadridista es de los ochenta, cuando Hugo Sánchez pisó

a Ablanedo, el portero del Sporting, quien dio una patada al delantero mexicano: "Penalti y expulsión.

Yo, entonces, era socio de Sporting

y recuerdo aquello

como algo tremendo".

- "Y, claro, el tercer

gran momento antimadridista

ha sido este año,

cuando Mourinho dijo

que el Sporting salió

a perder con el Barça.

Insultó a Preciado".

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’
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