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Reportaje:Carreras & Capital humano

El directivo español manda fuera

Cada vez más multinacionales extranjeras aúpan a ejecutivos nacionales

Carmen Sánchez-Silva

Sin complejos. Así es como se mueven los ejecutivos españoles en el extranjero. Y gracias a ello han conseguido escalar posiciones en grandes multinacionales foráneas. Todavía son pocos los que se han hecho con el sillón de mando de una firma de la meca del capitalismo; en concreto, dos directivos nacionales pilotan empresas estadounidenses cotizadas: Antonio Pérez, artífice de la reconversión de Kodak de los últimos años, y el exdirector de Amper, Manuel Márquez, nombrado hace un par de semanas presidente y consejero delegado de la firma de cazatalentos Hudson Highland.

Sin embargo, los españoles que desempeñan importantes cargos de responsabilidad, con voz en los comités de dirección y teniendo en sus manos direcciones de áreas de negocio globales, regiones completas a su cargo o marcas, son más y más cada día. Valgan como ejemplo Francisco Javier García Sanz, vicepresidente corporativo de Volkswagen y responsable de compras del grupo; Claudi Santiago, vicepresidente de General Electric y responsable del negocio de petróleo y gas; Luis Cantarell, presidente de Nestlé Health; Vicente Trius, director de Carrefour Europa; Pedro Navarrete, vicepresidente de

La búsqueda para cubrir posiciones en el exterior crece con fuerza
Visión global, flexibilidad y creatividad, sus mejores atributos

Sony Europa; Gonzalo Urquijo, director general de ArcelorMittal, o Ramón Sotomayor, nombrado el pasado jueves presidente de ThyssenKrupp Elevator para el sur de Europa, África y Oriente Próximo. Una pequeña muestra de la extensa lista de expatriados españoles de éxito.

Alberto Terol, que la semana pasada fue designado consejero no ejecutivo de BNP Paribas y que es el nacional que más ha ascendido en el organigrama mundial de

Deloitte, consultora que dejó en 2009 como presidente de la zona EMEA y responsable mundial de la práctica legal y fiscal, explica que los tiempos han cambiado mucho para los directivos nacionales en los últimos 10 años. "En mi generación tuvimos oportunidades espléndidas -más que méritos propios- porque las empresas en España demostraron estar muy bien gestionadas, y eso nos benefició a los pocos que estábamos dispuestos a viajar entonces. Ahora las cosas son diferentes y la generación de los 40 años se ha formado en el extranjero, ha viajado y no le tiene tanto miedo como la nuestra a la exposición internacional".

Este es el caso de César Cernuda, vicepresidente de Microsoft para Latinoamérica, el español que más alto ha llegado en la corporación norteamericana. Cree que en empresas como la suya, que fomentan la diversidad, importa poco la nacionalidad de los ejecutivos. "Es una de las ventajas de los grupos anglosajones, donde cuentan los resultados y no la procedencia del directivo", apostilla Terol. En opinión de Cernuda, la clave del éxito en el extranjero es "entender cómo funcionan otros mercados y poder tomar decisiones globales".

Algo en lo que coincide el más veterano presidente de Audi Latinoamérica, Diego Ramos, con responsabilidad sobre 21 países. En su opinión, esa visión y "la confianza que se tenga en la persona que mandas fuera son los valores diferenciales para otorgar poderes al ejecutivo en el mercado internacional, donde su capacidad de adaptación es también importante".

Y eso es lo que han demostrado los españoles que lideran mercados en multinacionales extranjeras. Elías Díaz, vicepresidente y director general de franquicias y mercados emergentes de

Burger King, considera que, "además de su formación y capacitación", los ejecutivos de 40 años "están pegando fuerte en el exterior por su carácter atrevido, responsable, divertido y humilde". El directivo de la cadena de comida rápida es incapaz de apuntar los países donde la gestión española se aprecia con más fuerza: "Está ocurriendo en Europa, en Estados Unidos y en los países asiáticos", afirma, además de en los más tradicionales mercados latinoamericanos. De igual forma, opina que no hay actividades específicas para las que estén llamadas los nacionales. "Tienen éxito en banca, en distribución, en empresas energéticas... No tiene que ver con el sector", agrega.

Los ingredientes de la escalada española en los organigramas corporativos internacionales tienen mucho que ver con la buena formación y gestión que practican nuestros ejecutivos, explica Terol, así como por "ser gente trabajadora, muy comprometida, creativa, flexible y con capacidad de empatizar, que es una de las cosas que más gustan, pues la función del directivo es, cada vez más, resolver problemas".

Estos ejecutivos forman parte del grupo de los que ya están por delante. De quienes han progresado en sus empresas mediante la promoción interna. Pero el proceso no se queda aquí. Hay otros que llegan o están por llegar. De hecho, los cazatalentos opinan que la siguiente hornada de ejecutivos españoles va en camino.

Nos enfrentamos a un doble efecto por el que los directivos nacionales hacen las maletas. Primero, por la demanda creciente que tienen en los mercados internacionales, y segundo, por la avalancha de compañías españolas que salen al exterior para esquivar así la crisis del mercado local, señala Álvaro Arias, socio director de la firma de búsqueda de directivos Neumann International.

"Si antes eran las empresas del Ibex 35 las que se internacionalizaban, ahora ya son las compañías pequeñas y medianas las que acometen este proceso, sociedades con facturaciones de entre 300 y 800 millones de euros", mantiene Lorenzo Zavala, socio de Zavala Civitas, una firma que acaba de transformarse para especializarse en la búsqueda de ejecutivos para cubrir posiciones en el exterior.

"El salario ha dejado de ser el gran motor para cruzar fronteras. Ahora la gente acepta incluso algo menos de retribución a cambio de un proyecto de futuro o por estar en una empresa en crecimiento", afirma su socia Magda Malé.

Según Arias, la demanda de ejecutivos nacionales es clara en Latinoamérica, sobre todo Brasil, y después Colombia, Chile y Perú; en Asia, fundamentalmente en China, y en Europa despuntan Alemania y Francia, que buscan fundamentalmente perfiles de ingenieros, y Reino Unido, donde se necesitan especialistas en servicios financieros.

A medida que mejora la calidad del directivo español y su nivel de idiomas, opta a posiciones exteriores, señalan Plácido Fajardo y Sara Bieger, socios de Leaders Trust International, quienes están viendo cómo los expatriados aumentan con rapidez, en parte también animados por la falta de posiciones disponibles en las empresas nacionales.

Al final, señala Diego Simón, cuando se trabaja en multinacionales y en distintos países no hay grandes diferencias entre el pensamiento de un directivo español o uno alemán. Los dos tienen la misma visión global.

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Sobre la firma

Carmen Sánchez-Silva
Es redactora del suplemento Negocios. Está especializada en Economía (empleo, gestión, educación, turismo, igualdad de género). Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Previamente trabajó en La Gaceta de los Negocios, Cinco Días, Ranking, Mercado e Ideas y Negocios. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.
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