_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El BCE no debería subir tipos ahora, ¿o sí?

El próximo jueves, 7 de abril, el Consejo del Banco Central Europeo (BCE) decidirá si sube los tipos de interés para el área del euro o los mantiene en el 1%. Su presidente, Jean Claude Trichet, lanzó hace un mes un claro mensaje de subida, al afirmar que el BCE "realizará una fuerte vigilancia de la inflación y actuará cuando sea necesario". En mi opinión, la autoridad monetaria europea no debería subir tipos por ahora; y menos tras los acontecimientos derivados del terremoto de Japón, que están afectando al crecimiento económico de la zona.

Las opiniones de los expertos consultados son muy diversas y hay mayoría que apuesta porque el BCE suba tipos el jueves próximo. Y lo defienden. Sin embargo hay una corriente de opinión muy fuerte que asegura que técnicamente es dudoso que sea imprescindible subir los tipos de interés en la zona del euro en estos momentos. Según esta teoría, que yo comparto, el mensaje enviado por Trichet el 3 de marzo habría que entenderlo en términos más políticos que puramente técnicos y en clave alemana.

Antes o después, Europa tendrá que reequilibrar el tono de la política monetaria
Habría razones para esperar uno o dos meses a ver cómo evolucionan los precios del petróleo

Europa vive en tensión continua. No solamente los mercados están agitados y sometidos a presiones de todo tipo. Las instituciones europeas debaten estas semanas la futura gobernanza económica y Alemania está jugando muy fuerte para ganar posiciones e imponer sus criterios de ortodoxia económica y financiera, tras haber hecho sus deberes durante casi una década. Y eso afecta también a la política monetaria dictada por el BCE.

La salida de Axel Weber del banco central alemán (y, por tanto, del BCE), que se hará efectiva en mayo, tiene mucho que ver con el duelo entre halcones y palomas en el BCE. Y la advertencia de Trichet de que los tipos subirán está en la misma onda. Desde Fráncfort quieren dar un mensaje de dureza y ortodoxia que contente a Alemania, y los posibles candidatos a suceder al francés en la Presidencia de la autoridad monetaria europea también quieren ganar puntos en Berlín. "El Consejo está más politizado que nunca", me decía esta semana un economista muy familiarizado con el BCE.

Desde el punto de vista puramente técnico, hay tantas razones para subir tipos como para mantenerlos. Es verdad que los estatutos del Banco Central Europeo le obligan a velar por el control de la inflación y los objetivos están fijados en below but close to 2% (debajo, pero cerca del 2%). Y es verdad que la inflación de la zona euro ha superado el 2% fatídico, forzada por la subida de los precios del petróleo. Hasta aquí, todos de acuerdo.

No hay que olvidar, sin embargo, que los objetivos de inflación hay que verlos a medio plazo y que la inflación subyacente (sin los precios del petróleo) de la zona euro está por debajo del 2% (below but close to 2%). Así que también habría razones para esperar uno o dos meses a ver cómo evolucionan los conflictos del norte de África y Oriente Próximo y, por lo tanto, los precios del petróleo.

Otra cosa muy distinta, que Trichet no ha comentado pero que seguro está en la mente del Consejo del BCE, es que, antes o después, Europa tendrá que reequilibrar el tono de la política monetaria, que había mantenido los tipos muy bajos para evitar el riesgo de deflación. Es verdad que esa política ha propiciado muchas burbujas y un alto endeudamiento de las familias, las empresas y las administraciones.

Pero surge entonces otra pregunta: ¿es el momento de reequilibrar ese tono de la política monetaria? Estados Unidos, Reino Unido, Japón y la propia OCDE piensan que todavía no. De hecho, mantienen sus tipos de interés entre el 0% y 0,5%, siguen comprando activos financieros en mercados libres y recuerdan al BCE el error que cometió en julio de 2008, al subir tipos hasta el 4,25% (para frenar una inflación que había llegado al 2%, con el precio del barril de Brent a 150 dólares), y que tuvo que corregir antes de que acabara el año, tras la quiebra de Lehman Brothers. A partir de ese momento, el Banco Central Europeo inició una rebaja de su tasa rectora hasta situarla en el 1% en mayo de 2009, mínimo que no ha variado hasta ahora. ¿Están seguros en el BCE de que la situación de la economía europea es menos frágil que la de Estados Unidos?

La mayoría de estas preguntas no tienen una respuesta de blanco o negro. Hay muchos grises. Pero hay algunas claves que hay que tener en cuenta para entender lo que pueda decidir el BCE el próximo jueves. Y la más importante es la clara asimetría que existe entre los 17 países miembros de la Europa del euro. Si decidiera solo Alemania, la decisión de subir tipos de interés estaría clara, pero si nos rigiéramos por la media ponderada del Eurogrupo, probablemente habría que mantenerlos. Y dentro de estos, los países que saldrían más perjudicados por una subida de tipos en estos momentos serían los más endeudados y más retrasados cíclicamente; España, entre ellos.

La respuesta la tendremos el próximo jueves, en el que los 17 gobernadores de bancos centrales y los seis miembros del Comité Ejecutivo del BCE (Jean Claude Trichet, Vítor Constancio, Lorenzo Bini Smagli, Jürgen Stark, Gertrude Tumpell-Gugerell y el español José Manuel González Páramo) tomen la decisión y la comuniquen urbi et orbi.

Hasta entonces, podemos debatir. ¿Es el momento de subir tipos en Europa o no?

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_