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Mueren en Melilla tres 'sin papeles' al quemarse su chabola

Los inmigrantes denuncian que no se les deja acceder al centro de acogida

Tres inmigrantes subsaharianos y en situación irregular fallecieron ayer en Melilla tras incendiarse la chabola en la que pasaban la noche, en una zona conocida como Cerro de Palma Santa en la que decenas de sin papeles pernoctan en tiendas de campaña y chamizos de plástico. Uno de estos últimos se quemó pasadas las tres de la madrugada, según las primeras pesquisas, por la llama de unas velas o de una fogata que sus ocupantes habían encendido para combatir el frío.

Las víctimas habían llegado a la ciudad autónoma de forma ilegal; tras pasar un periodo en el cercano Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), a la espera de su expulsión del país, abandonaron esa instalación.

Medio centenar de inmigrantes se concentraron ayer a las puertas de la Delegación del Gobierno en Melilla para protestar por las condiciones en las que se ven obligados a vivir para esquivar la repatriación. Según recogió la agencia Efe, algunos de ellos indicaron a los periodistas que no se les permite acceder "para nada" al CETI, por lo que tienen que comer, lavarse y dormir fuera. Además, explicaron que varios compañeros más que dormían en la chabola pudieron escapar de las llamas.

El delegado del Gobierno en Melilla, Gregorio Escobar, negó que se impida el acceso al CETI a los inmigrantes y aseguró que viven en las chabolas -medio centenar, con un número variable de habitantes- "por decisión propia". "Todas las personas que están en situación administrativa irregular en Melilla tienen un puesto en el CETI", dijo a los periodistas. Ahora viven allí unas 600 personas. Según Escobar, hay algunos que no están dispuestos a cumplir "las normas de convivencia" (horarios, prohibición de cocinar o consumir alcohol) y por eso dejan el centro "voluntariamente".

Sobre las causas del incendio, Escobar relató que el fuego se originó en el interior de un chamizo construido con las verjas que se suelen emplear para proteger las obras de construcción, cubiertas a su vez con plásticos y cartones y cerradas con dos candados. Según el delegado del Gobierno, "no hay otros signos de violencia".

Los tres fallecidos procedían de Benín, Zimbabue y Uganda. Según contaron sus compañeros, se llamaban Mike, Sony y Sonsha, y llevaban entre dos y tres años en Melilla, extremo que Escobar no ha confirmado. Uno era padre de un bebé de tres semanas, según estas fuentes.

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Las chabolas empezaron a proliferar el pasado mes de septiembre. La Delegación del Gobierno sostiene que su desmantelamiento es labor de la ciudad autónoma, propietaria de los terrenos sobre los que se levantan.

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