La creación del .xxx divide a la industria pornográfica
Temen que facilite la censura de contenidos para adultos
Tras siete años de trámites, documentos y dudas, ICANN ha aprobado este fin de semana la introducción en Internet del dominio de primer nivel .xxx, destinado a cobijar sitios dedicados a los contenidos para adultos. La existencia del .xxx, sin embargo, divide a la industria del sector.
La empresa que controlará su registro, ICM, considera que el nuevo dominio dará garantías a los consumidores ante fraudes en este tipo de ofertas y mejorará el control parental sobre los contenidos a los que acceden los hijos. De hecho, las condiciones que deberán cumplir las empresas que quieran registrar su sitio bajo este dominio serán establecidas por la International Foundation for Online Responsibility (IFFOR). Entre ellas, figurarán presumiblemente el combate contra la pornografía infantil y la protección de la privacidad, seguridad y manifestación del consentimiento por parte del cliente. Esta entidad percibirá 10 dólares por cada dominio registrado. ICM proyecta facturar 60 dólares por cada dominio registrado y asegura tener ya 200.000 peticiones de reserva.
Profesionales del sector llaman a boicotear el nuevo dominio
Con todo, quien no esté de acuerdo con las condiciones de registro que se impongan podrá mantener su sitio bajo otro dominio. No será obligatorio para la industria de contenidos para adultos emigrar al .xxx.
A pesar de ello, sectores de esta industria han manifestado su desacuerdo absoluto con la existencia de este dominio La Free Speech Coalition, que agrupa profesionales del sector, ha llamado a boicotear el registro porque considera que crea un gueto y facilita el bloqueo por parte de Estados censores. La FSC sostiene que la introducción del dominio solo es un buen negocio para ICM y generará problemas en cascada.
La decisión de ICANN supone un gesto de independencia de este organismo, tutelado por las autoridades estadounidenses. Su plan de crear nuevos dominios tiene la oposición de muchos Gobiernos y el comité que representa a estos en su seno, el GAC, envió una carta a ICANN este mes manifestándose en contra de su creación. La Administración de Bush se había opuesto radicalmente. La de Obama, a pesar de haber anunciado que defendería el derecho de veto de los Gobiernos a una decisión sobre la aprobación de nuevos dominios, no ha actuado visiblemente en contra de su aprobación. La Administración de Estados Unidos debe renovar en septiembre el contrato con la ICANN por la que delega en esta entidad sin ánimo de lucro, sometida al derecho de California, la gestión de los dominios en Internet.
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