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Reportaje:

Pasaban en la cota 2.000

La himalayista compagina la montaña con la presentación de su libro y la nueva fundación - Su mente ya cavila el asalto al Everest

Mikel Ormazabal

Son días de frenesí para Edurne Pasaban, la primera alpinista en hollar los 14 ochomiles del planeta. Hace hoy una semana, disfrutaba de la nieve en el Pirineo oscense; dos días después abría una nueva vía profesional con la presentación -en Madrid, Barcelona y San Sebastián, por este orden- de su libro Catorce veces ocho mil; el Gobierno vasco le acaba de aprobar la constitución de la fundación Mountaineers for Himalaya (MfH)... En medio de este fragor, por su mente solo cabe una preocupación: alcanzar sin la ayuda del oxígeno la cumbre del Everest, el coloso de la Tierra.

En la montaña, Pasaban es como una estrella de cine. Este diario acompañó a la alpinista tolosarra durante el pasado fin en una estancia pirenaica en los altos de Cerler, en Benasque (Huesca). Invitados por la firma Movistar, un grupo de 100 personas del País Vasco fue testigo directo de cómo se desenvuelve Pasaban en la alta montaña y, sobre todo, tuvo la oportunidad de conocer de cerca el perfil humano de una mujer que ha hecho historia en el himalayismo.

Da nombre a una fundación que ayudará a los niños del Himalaya
El día 4 de abril saldrá hacia el Everest y espera hacer cumbre el 15 de mayo

Pasaban, sin perder nunca la sonrisa y haciendo gala de una simpatía verdadera, firmó decenas de autógrafos -en mochilas, cuadernos...- y se fotografió con más de un centenar de admiradores mientras acompañaba al grupo en las travesías por la nieve con raquetas, en los descensos en rapel o en los talleres que preparó el equipo de guías de montaña Barrabés para aprender la técnica de las cordadas, las maniobras de autoprotección o de rescate en caso de aludes. Tuvo que atender las preguntas que le formulaban sobre sus aventuras alpinas, pero la cuestión más repetida fue, sin duda, la controversia que mantuvo con la coreana Oh Eun Sun, quien finalmente tuvo que reconocer que Pasaban cerró antes el círculo de los ochomiles.

La montañera abandonó el Pirineo para dar a conocer su última gesta: el libro donde narra sus hazañas en las montañas más elevadas del planeta. Escribir Catorce veces ocho mil, aseguró durante su presentación en la capital guipuzcoana, ha supuesto un reto "más difícil" que encumbrarse en el Kangchenjunga, el Makalu o el Cho Oyu.

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Esta misma semana, Pasaban ha sabido que, en plena romería editorial, el Consejo de Gobierno incluyó Mountaineers for Himalaya-Fundación Edurne Pasaban como tal en la Dirección de Registros Administrativos de Euskadi. La alpinista dirigirá en esta Comunidad Autónoma la fundación que se creó en Andorra, dedicada a recaudar fondos para ayudar a los niños de las montañas del Nepal, Pakistán, Tíbet, India y Bhután.

Pero ahora, Pasaban está centrada en cuerpo y alma a su próximo desafío: subir al Everest sin oxígeno. Partirá el próximo 4 de abril y, si todo va bien, espera hacer cumbre el día 15 de mayo.

Edurne Pasaban se ejercita bajo la nieve el pasado fin de semana en la estación de Cerler (Huesca).
Edurne Pasaban se ejercita bajo la nieve el pasado fin de semana en la estación de Cerler (Huesca).

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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